El presidente frente a dos caminos

Columna del lector
13 de enero de 2020 - 05:00 a. m.

Por Miguel Antonio Acosta Rodríguez*

Son grandes los retos políticos con los que inicia este gobierno en 2020. Sin duda alguna, la crisis precisamente política en 2019 agudizó el inicio de importantes tareas del Plan Nacional de Desarrollo. De esta forma, vemos desde el nivel territorial más profundizadas las demandas que deben alimentar y motivar los retos del año que comienza.

A propósito de dichos pendientes, es inaplazable que el presidente Duque comience a fortalecer sus relaciones con las entidades territoriales. Hace menos de ocho días tomaron juramento y llegaron a sus cargos mas de 1.135 mandatarios territoriales que guiarán los destinos de departamentos y municipios. Muchas son las expectativas de desarrollo y bienestar que esperan sus comunidades. En ellos confiaron su voto y les espera una dura tarea. Tarea que no será para nada fácil. A la crisis social generada entre muchas otras por la llegada sin control de habitantes del vecino país de Venezuela, se suman la inseguridad, el desempleo, el creciente déficit de vivienda y la salud, que no muestra señales de recuperación.

Pero aún más grave es la precariedad fiscal de departamentos y municipios. ¿De dónde saldrán los recursos para todos los compromisos pactados por los nuevos mandatarios con sus comunidades? Ya es hora de saldar la deuda histórica del Gobierno central con la descentralización. Hoy no se compadecen las transferencias nacionales del Sistema General de Participaciones con las enormes demandas locales. Aquella promesa de crecimiento de las mismas durante los últimos 15 años nunca fue real, y está en mora el Gobierno de plantear su reforma. No se puede seguir promoviendo únicamente la competencia entre municipios para poder acceder a mayores recursos del Sistema General de Regalías para sopesar la merma en las transferencias de la Ley 715 de 2001.

En el orden de ideas propuesto, y a dos años y medio de culminar su mandato, el presidente Iván Duque debe decidir entre dos caminos:

1. Seguir permitiendo la polarización promovida por su mismo partido de gobierno y en cabeza de sus congresistas, versus la otra más compleja, la marcada actitud de debate (con algunos aciertos) en contra del Gobierno, de una oposición que a simple vista lo que pretende es atizar el fuego de la locomotora del tren de la campaña presidencial 2022.

2. Renovar los votos con el territorio. El país que espera equidad social, cierre de brechas y el verdadero “Pacto por Colombia” se construye desde Riohacha en La Guajira hasta Leticia en Amazonas, y desde Quibó en el Chocó hasta Puerto Carreño en el Vichada. Esto aunado a una actitud de no polarización, sino de sana negociación frente a la protesta (dentro de sus límites) y mayores recursos para departamentos y municipios, enderezará el camino a lo que le resta de su período de gobierno.

* Magíster en gobierno y políticas públicas.

 

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