El restaurante Salvaje

Para serle franco
24 de julio de 2019 - 02:00 a. m.

Cocina basada en técnicas ancestrales japonesas como la parrilla robata, ambientado en una selva asiática, un lugar alegre, y un servicio divertido e informado. Innovadores en sus recetas, en los sabores, olores, texturas y en la estética de los platos. Una música protagonista, divertida, y casi a punto de fiesta.

El primer Salvaje fue montado en el Casco Viejo en la Ciudad de Panamá en el 2017 y está recién desempacado en Bogotá.

La cocina abierta y los platos que van camino hacia las mesas, con diseños rústicos o salvajes, son un deleite visual.

El único pequeño desconsuelo lo tuvimos al ordenar el menú, pues no había la ocra tempurizada, ni tampoco el Uni erizo de mar, ni las gyozas de wagyu. Pero preguntamos por los platos menos solicitados, y de estos hicimos la selección. Algunos lectores no lo van a creer, pero resultó formidable esta estrategia !

Cauliflower boom: coliflor a la plancha con coulis de coliflor ahumada y crema agria trufada, hecha en cocción a tres tiempos y tres alturas diferentes en la robata, picante suave. Llega a la mesa como una reina, protegida por un enorme cilindro de vidrio. ¡La mas deliciosa coliflor de toda mi vida!

Nasu, berenjenas a la robata con salsa de miso y hojuelas de pescado bonito que se mueven solitas con la temperatura del plato, y cubiertas con un mechón de alga nori. Cocción también a tres tiempos y tres alturas diferentes en la robata. ¡Las mas espectaculares berenjenas de toda mi vida!

Aunque algunos o algunas no lo crean, aquí se podrá disfrutar de un almuerzo pleno y gratísimo con solo ordenar la coliflor, la berenjena y la copa de vino !

El Rockshrimp tempura, camarones tempurizados con wasabi, kale frito y cebollín, un plato estupendo. Al arroz con unagi, aunque bueno, le hacen falta méritos para alcanzar el nivel de salvaje. Para la próxima visita, queda en lista el mero a la robata con esmalte de ciruelo japonés, acelgas salteadas y naranja seca. La exploración gastronómica en esta jungla con rinocerontes sí que vale la pena.

Un fuerte aplauso para el chef venezolano Fermín Azkue, creador de este concepto gastronómico. Sorprendente el personal, observamos amistad y camaradería entre ellos. Jhovani, el camarero que nos atendió, un virtuoso en espontaneidad, atención y conocimiento de los ingredientes y del concepto.

Dirección: calle 83 n.° 9-48, Hotel Bioxury, Bogotá.

Calificación CLAP (calidad, lugar, atención y precio): Excelente.

 

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