El reto del crecimiento

Armando Montenegro
29 de abril de 2018 - 03:00 a. m.

El problema del lento crecimiento económico colombiano es tan complejo que incluso los mejores especialistas, cargados de diagnósticos y buenos argumentos, hablan con cautela de la posibilidad de que en los próximos años se supere en forma sostenida la tasa del 3,5 % anual. Son comprensibles, entonces, las dificultades de los candidatos presidenciales a la hora de explicar sus ideas para dinamizar la economía.

Como una contribución a los debates que se están dando a raíz del cambio de gobierno, Fedesarrollo encomendó a Hernando José Gómez, exdirector del DNP, y a Laura Higuera, la elaboración de un estudio para realizar una radiografía sobre el crecimiento de los últimos años y proponer caminos para salir del estancamiento.

Los autores señalan que el buen crecimiento en los años anteriores a 2014 fue impulsado por una altísima tasa de inversión –cerca del 28 % del PIB, el doble de la que traía la economía hasta antes de la bonanza petrolera y minera– pero, añaden, su talón de Aquiles fue un desempeño negativo de la productividad, resultado de los cuellos de botella, las malas decisiones de inversión, el desperdicio de recursos y, sobre todo, una escasa innovación y renovación tecnológica en las empresas del país.

Gómez e Higuera plantean, precisamente, que uno de los principales obstáculos es el estancamiento de la productividad, un lastre que se une a otros como la reducción paulatina del número de jóvenes que entran al mercado de trabajo y las adversas condiciones que atentan contra el mantenimiento de las altísimas tasas de inversión, las mismas que alcanzaron niveles récord durante el boom del petróleo y la minería.

El estudio coincide con las ideas de varios candidatos en que es necesario racionalizar los impuestos a las empresas, hoy excesivamente elevados, y reducir los aranceles de los bienes de capital. Los autores recalcan, eso sí, la necesidad de mantener el orden macroeconómico, puesto que, con una reducción brusca de estos tributos, sin compensaciones adecuadas y creíbles, se desencadenaría una profunda crisis fiscal y, con ella, se desplomaría el crecimiento económico.

En cuanto a los asuntos laborales, Gómez e Higuera insisten en la vinculación de las mujeres al mercado de trabajo y la formalización. Proponen la expansión de los centros de atención de la primera infancia y los adultos mayores (para permitir que las mujeres puedan vincularse a empleos remunerados). Y, en lo que respecta a la informalidad, recomiendan la reducción de los parafiscales y los costos de registro mercantil, así como la eliminación de numerosas trabas a los negocios, y recomiendan la racionalización de ciertos subsidios que incentivan la informalidad.

El aumento de la productividad es un gran desafío que exigirá la mejoría de la calidad de la educación, la acelerada modernización de la infraestructura (terminar el plan de 4G y acometer el 5G), el apoyo decidido a la ciencia y la tecnología, el desarrollo de un ambiente de competencia y la modernización regulatoria y empresarial. En estas materias, la lectura de los numerosos aportes y recomendaciones del Consejo Privado de Competitividad sería de enorme provecho para los aspirantes a la Presidencia y sus asesores.

Hernando José Gómez y Laura Higuera (2018), “¿Es posible recuperar un ritmo superior al 4%?”. Cuadernos Fedesarrollo, 57.

 

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