El “tapen, tapen” de los conservadores

Catalina Uribe Rincón
13 de junio de 2019 - 05:00 a. m.

Hace dos semanas, una pareja de hombres estadounidenses adoptó a un grupo de seis hermanos. Los niños habían sido retirados de sus padres después de graves maltratos y llevaban ya cinco años en un orfanato. Carlos, 14; Guadalupe, 13; María, 12; Selena, 10; Nasa, 9, y Max, 7, pasaron del negligente cuidado de sus padres biológicos al cuidado un poco más competente del Estado. Este año encontraron por fin un hogar. Steve y Rob Anderson-McLean, después de criar exitosamente a sus primeros hijos, hoy de 20 y 22, aceptaron el compromiso de educar a otros seis.

Aunque no se ha hecho explícito por qué los niños fueron retirados de sus padres biológicos, es probable que el abuso de sustancias haya estado involucrado. La drogadicción está afectando a EE. UU. como una peste, y Ohio, donde fueron adoptados los niños, es uno de los estados más vulnerables. Desde 2010 el número de niños que caen en manos de los servicios sociales por padres que abusan de drogas se incrementó en un 19 %. Los niños, además, están en riesgo de desarrollar también una adicción.

La noticia de los seis niños asume un tono irónico si se contrasta el “tapen, tapen” de los conservadores colombianos. Como, por fortuna, es cada vez más reprochable atacar a los homosexuales por existir, la condena ahora es a que existan en público: “no me importa lo que haga mientras lo haga en privado”. Discurso parecido al que surgió la semana pasada con las drogas. Se sabe que hay consumo, pero “mientras no lo hagan al frente de nuestros niños en los parques” no importa. Lo triste de la retórica del “tapen, tapen” es que crea problemas donde no los hay, como en el caso de la homosexualidad, o no deja solucionar los problemas donde sí los hay, como en el caso de la drogadicción.

¿Qué pasa con los niños cuando la drogadicción de los padres crea un infierno dentro de su hogar? ¿Cuál es la verdadera relación entre consumo de drogas y la drogadicción? ¿Cuáles son las drogas que estamos consumiendo y qué nos lleva a consumir? La pretensión de algunos de montar una fachada antigua sobre el mundo de hoy crea una “niñología” que en nada ayuda a los niños. La vida hay que verla a la cara, buscar entenderla, estudiarla, y volver a comenzar. Esconder ayuda poco. Hacer las preguntas correctas ayuda mucha más.

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar