El valor de lo público

Luis Carlos Reyes
17 de septiembre de 2020 - 05:00 a. m.

Según la Policía, el costo de un CAI como los que han sido destruidos en Bogotá puede ser de hasta $430 millones. Es decir, reconstruir los 45 CAI destruidos podría costar unos $19.000 millones.

El mal uso de los bienes públicos —incluyendo su destrucción— nos afecta a todos y es una afrenta a la convivencia. Pero cuando el Estado y los bienes públicos no están al servicio de la ciudadanía, ese sentido de pertenencia que nos hace cuidar lo público se desvanece. Cuando la policía asesina a ciudadanos como Javier Ordóñez, o tortura a habitantes de calle y a trabajadoras sexuales, el Estado pierde legitimidad y lo público deja de percibirse como algo que es de todos y para todos.

Por eso deberíamos preocuparnos por el uso correcto y transparente de recursos que valen mucho más que un CAI. El préstamo a Avianca que el Ministerio de Hacienda insiste en hacer —sin mostrar las actas del comité que tomó la decisión, ni los análisis técnicos que la sustentan— tiene un valor de $1,38 billones, equivalente a más de 3.200 CAI. El Ministerio también debería explicar, peso por peso, por qué en medio de la pandemia propone aumentar su propio presupuesto del año entrante en $4 billones —lo equivalente a unos 9.000 CAI—. Y sería ideal saber por qué planea contar en 2021 con recursos del balance (es decir, plata que pese a estar presupuestada para el 2020 ha decidido ahorrar en plena emergencia) de $12 billones —o unos 28.000 CAI—.

Pese a repetidas preguntas de ciudadanos y congresistas, el Ministerio de Hacienda responde con evasivas y tecnicismos huecos, o, en el mejor de los casos, nos manda a hundirnos en una montaña de papeles para tratar de descifrar sus decisiones. Parecen no darse cuenta de que al hacerlo contribuyen a la misma pérdida de confianza en el Estado y en lo público cuyas consecuencias hoy estamos lamentando.

 

usucapion1000(15667)18 de septiembre de 2020 - 04:35 a. m.
Muchos CAI se volvieron bodegas de rufianes convencidos de que pueden desconocer la ley, porque ellos dicen ser LA LEY. Tan o más violentos que los militares, están formados en el odio por todo lo diverso y a mirar como enemigos a la juventud que no traga entero. Peor, al sentirse respaldados por una dictadura guerrerista e inhumana como la que estamos padeciendo, en este cuatrenio de horror.
Alberto(3788)17 de septiembre de 2020 - 10:58 p. m.
Qué buen análisis, claro, preciso, nada de redundancia, comprensible. Gracias, Dr. Luis Carlos Reyes.
Adrianus(87145)17 de septiembre de 2020 - 06:04 p. m.
Muy buena su reflexión, señor Reyes. Un CAI deja de ser referente de respeto y seguridad cuando los que ahí habitan entran en desmanes como los que la ciudadanía misma ha denunciado en relación con atropellos y asesinatos como el que acaban de efectuar con Javier Ordóñez. Esos espacios entonces terminan viéndose como la cueva de Alí Babá y los 40 ladrones y ahí ... Troya.
  • usucapion1000(15667)18 de septiembre de 2020 - 04:38 a. m.
    Totalmente de acuerdo con Julio César. Qué buen artículo.
Gonzalo(03064)17 de septiembre de 2020 - 05:27 p. m.
ESMAD=EScuadrón de MAtones y Delincuentes. CAI= Centro de Asesinos Indolentes.
Hernando(24765)17 de septiembre de 2020 - 01:29 p. m.
Se entiende la preocupación y es la dirección correcta. Creo que el problema es la corrupción. Cuánto es el beneficio para el gobierno (presidente y ministro), económico y otros. La alharaca por los CAI, que cualquier albañil hace por unos 100 millones, a mucho, sin chanchullo, no es más que una peregrina disculpa o un disfraz de la realidad. No se puede esperar más de gente tramposa.
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