El voto que mata

La masacre que acaba de suceder en una escuela de Florida debe servir como recordatorio de que todo ejercicio electoral tiene un efecto real. Pensar que votar se puede tomar a la ligera porque no cambia nada es inocente, irresponsable y equivocado.

A pesar de ser un joven perturbado, haber revelado en redes sociales en numerosas oportunidades su intención de matar, haber tenido problemas con sus vecinos y haber sido denunciado al FBI, el pistolero pudo comprar un rifle semiautomático para realizar la masacre. Nadie lo paró. Nadie quiso. ¿La razón? Múltiples congresistas han sido comprados con dineros de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés).

Una investigación de Univisión Noticias señala que cuatro de los políticos que recibieron mayor cantidad de dinero por parte de la NRA en sus campañas son de Florida, el estado donde ocurrió el tiroteo que dejó 17 muertos y 14 heridos la semana pasada. Según el documento, Marcos Rubio recibió US$3,3 millones, Carlos Curbelo US$75.425 y Mario Díaz-Balart e Ileana Ros-Lehtinen $32.002 cada uno. Ellos son responsables de lo ocurrido, como lo son también sus electores.

Las donaciones de este grupo de interés tienen como objetivo evitar la imposición de restricciones para la venta de armas, haciendo posible que se le pueda vender un rifle de asalto a una persona con problemas mentales o con una intención clara y pública de matar.

Lo peor del caso es que estas donaciones no son nuevas. La NRA, uno de los grupos de interés más poderosos de EE. UU., viene donando a las campañas de candidatos al Congreso y a la Presidencia y siguen siendo reelegidos. Es decir, la gente sigue votando por los candidatos de esa organización a pesar de que las masacres son cada vez más frecuentes y sangrientas.

La responsabilidad de estas muertes inocentes, que cada vez se acumulan más, son culpa también de aquellos que eligen a sus representantes a pesar de que son patrocinados por los interesados en vender armas a como de lugar.

Esta situación debe servirnos de llamado de atención frente a la serie de elecciones que tenemos en Colombia. El voto sí tiene un efecto real. Si su legislador o candidato es corrupto o se está eligiendo en cuerpo ajeno, no vote por él. Estudie, evalúe su voto y sobre todo participe. Votemos bien, para luego no tener que salir a llorar o protestar.