En el orgullo, la diferencia nos une

Carolina Botero Cabrera
29 de junio de 2018 - 07:00 a. m.

Cada 28 de junio se celebra el día del orgullo gay. Aunque en esa fecha se conmemora el momento en el que este colectivo en EE.UU. empezó a resistir la violencia de la policía y a reclamar sus derechos, la celebración se ha internacionalizado, se extiende a todo el mes y a todos los colectivos que se sienten reflejados en la sigla LGBTIQ+. ¡Me uno al orgullo y a la necesidad de mantener la lucha por sus derechos!

La capacidad de internet para aportar a la defensa y ejercicio de derechos humanos es positiva y real. A través de internet, se potencia y expande el poder de las personas de hacerse oír, de encontrar información, de asociarse, de organizarse, de proponer y de reclamar. Sin embargo, esas mismas capacidades ponen un altavoz a los violentos que aumentan el impacto de sus violencias especialmente contra poblaciones vulnerables.

La violencia en línea es especialmente cruel con niños, niñas y adolescentes, con mujeres, personas pobres, poblaciones vulnerables y marginadas, y con quienes no responden a los parámetros sociales del concepto de normalidad. 

Durante la reciente Evaluación Periódica Universal (EPU) que se hizo al Estado colombiano en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Colombia Diversa recordó que entre 2013 y 2018 fueron asesinadas 465 personas LGBTIQ+. Al menos una tercera parte fue por prejuicios a su identidad de género. Se reportan 4 ejecuciones extrajudiciales, 373 hechos de violencia policial y 161 amenazas en su contra. Se habla de impunidad y de muchas otras formas de discriminación, pero aún no tenemos datos sobre la forma como estas violencias se reflejan en internet. 

Las personas detrás de una pantalla se sienten más tranquilas para explorar su sexualidad e identidad de género, y se atreven a indagar e informarse más sobre esto, otras personas se sienten más poderosas para agredir, insultar y amenazar. De modo que, analizar los retos, riesgos y oportunidades de este medio es un tema pendiente. 

De hecho, investigando sobre el tema en la red encuentro datos, pero esencialmente sobre niños, niñas y adolescentes.

Por ejemplo, ya en 2013, GLSEN produjo un estudio sobre las experiencias en internet para la población joven LGBTIQ+ en EE.UU. donde se reflejaba la dicotomía que les describí. De una parte, resaltan que siendo la población más conectada a internet, ese medio era clave para acceder a información y, por tanto, era un apoyo central para su bienestar. Por otra parte, el informe mostraba también que su orientación sexual e identidad de género hacían que experimentaran 3 veces más ciberacoso que las personas heterosexuales.

Más recientemente, encontramos el informe “Los niños y niñas de la brecha digital en España”. publicado en febrero pasado (aunque ya los enlaces de descarga no funcionan, los resultados se describen en otros blogs como este). Los datos del informe muestran que el ciberacoso que sufren niños, niñas y adolescentes LGBTQI+ los hace más vulnerables a los ataques en línea. El 15% de los estudiantes ha sufrido ciberacoso por su orientación sexual o identidad de género. El alumnado trans es el que más sufre, más del 50% ha enfrentado ciberacoso por ser o parecer LGBTQI+ y el profesorado no saben cómo enfrentar esta situación. 

Un informe reciente de Colombia Diversa y Sentiido (2016) tuvo resultados similares. Encontró que una tercera parte de los jóvenes escolares que se identifican como LGBT han sufrido de alguna forma de acoso o amenaza por medios electrónicos, un 4.4% lo experimentó regularmente. Más de la tercera parte de las personas encuestadas (entre docentes y escolares) sintieron haber sufrido ciberacoso a raíz de su orientación sexual o identidad de género por un docente. 

 Ante la creciente penetración de internet en Colombia, es posible afirmar que estamos en un momento clave para que su uso sea herramienta para potenciar, fortalecer y proteger a la población LGBTQI+, y no para que se convierta en un espacio más donde sus derechos sean vulnerados. 

El reto entonces es que nos unamos en la defensa de sus derechos, los apoyemos aprovechando la celebración del orgullo gay para decir #LaDiferenciaNosUne, y nos comprometamos a trabajar para identificar esos retos, riesgos y oportunidades del entorno digital en Colombia.

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