En torno al modelo económico

Mauricio Botero Caicedo
10 de junio de 2018 - 04:00 a. m.

Entre los dos candidatos, Iván Duque y Gustavo Petro, más que diferencias de enfoque y estilo existen profundas diferencias en el modelo económico que ambos plantean, indiferentemente a que Petro esté en una campaña intensa para inclinar a su favor a los indecisos, como lo señalaba este columnista en reciente artículo en Dinero.com, “Dorando la pildorita”. Es más, si Petro sigue moderando sus posturas ideológicas y económicas, como lo anotaba un gracioso, es muy posible que termine es votando por Duque.

Duque defiende el modelo de democracia de libre empresa y entiende que el motor del desarrollo son los empresarios que actuando bajo el marco de los derechos y obligaciones que les impone la Constitución, son los generadores de empleo productivo. El 17 de junio los votantes van a terminar escogiendo entre dos concepciones antagónicas del Estado y el ordenamiento político, económico y social; dos visiones diferentes del presente y futuro de Colombia. Duque está radicalmente en contra de la estatización de empresas y de la expropiación indiscriminada e irracional de la tierra. Petro, por el contrario, es amigo de la estatización y expropiación. Para Duque el modelo neosocialista, aparte del desorden cambiario y monetario, a lo que conduce es a la destrucción del aparato productivo. Petro, con la finalidad de volverla productiva o dárselas a campesinos sin tierra o con tierra insuficiente, propone gravar los latifundios con la tarifa más alta del impuesto predial. (Dependiendo del día y la hora, Petro asegura —y a continuación desmiente— que también va a expropiar tierras productivas en los casos en que dichas siembras no sean de su agrado, como es la caña de azúcar o la palma de aceite). Haciendo abstracción momentánea de problemas de fondo como que el impuesto predial es un impuesto municipal y no nacional; que los latifundios improductivos en Colombia son pocos; y que la explotación deficiente de la tierra en Colombia casi siempre se debe a falta de recursos, Petro no entiende que los factores fundamentales en la productividad de la tierra tienen muy poco que ver con la extensión y todo con el acceso a agua, la composición física y química del terreno, las condiciones climatológicas, la tecnología que se use, y el nivel de inversión que se adelante. Petro no capta que “el milagro de la productividad” no nace de la caprichosa división de la propiedad sino de la disponibilidad de capital, de créditos, de semillas, de capacitación a los campesinos, de tecnologías y maquinaria, y de vías de acceso a los mercados.

Si por riqueza se entiende la abundancia de recursos naturales, Colombia es un país pobre. Pero en el anverso de la moneda, nuestro país sí tiene dos enormes riquezas: la primera es una clase empresarial pujante y creativa que muchas veces no ha podido desarrollar su potencial porque la burocracia estatal, con su fisco voraz e infinitas regulaciones, la emascula y reprime. La segunda gran riqueza de Colombia es su seriedad en el manejo macroeconómico. El autor de esta nota se teme que en un gobierno de Duque estas dos enormes fuentes de riqueza serán reforzadas e incentivadas, mientras que en un gobierno de Petro paulatinamente van a desaparecer.

Apostilla: Estigmatizar a los candidatos por sus gustos de vestuario es un error; y como recomendaba un reciente tuit, uno no debe criticar a la izquierda hasta que no haya caminado en sus Ferragamos.

 

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