Notas de buhardilla

En veremos

Ramiro Bejarano Guzmán
05 de enero de 2020 - 05:00 a. m.

Los miembros de la Comisión de la Verdad (CV) tienen que preocuparse. No afirmo, por supuesto, que el trabajo que han realizado hasta ahora no haya sido importante, porque lo ha sido, pero el país no solo esperaba más, sino que lo necesita. La CV funcionará solamente por tres años y ya agotó la mitad de ese exiguo período, por lo cual es evidente que el tiempo apremia.

Como se sabe, la CV no es un órgano judicial y lo que allí se conozca no tendrá consecuencia en ningún juicio. El papel de estas comisiones en otros países que han padecido conflictos ha sido estremecedor, porque les han mostrado a los ciudadanos la dimensión de la tragedia superada y la necesidad de no repetirla. El padre De Roux, presidente de la CV, es un gran colombiano cuya voz y esfuerzo se han entregado desde siempre a la reconciliación y a la paz. De Roux ha convocado eventos en Barrancabermeja, Montería, Arauca, Medellín, Quibdó, en otros lugares y hasta en Bogotá, ha creado 24 Casas de la Verdad y tiene grupos trabajando en investigaciones y documentaciones. Es decir, muchas cosas buenas ha hecho, pero la ciudadanía a duras penas sabe de la existencia de la CV. Los medios no han entendido el valor trascendental de ella y no les interesa divulgar sus logros.

Puestas en la balanza, más parece haber logrado la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) que la CV, en cuanto el acceso a la información de lo que pasó en la guerra, por ejemplo, en el caso Dabeiba, para no ir muy lejos, nos sacudió a todos y allí los medios sí pusieron sus reflectores. Es increíble que luego de un año y medio funcionando todavía la CV no ha registrado un solo caso, de los millones que debe haber conocido, que haya suscitado titulares de prensa, y el asunto se vuelve inquietante por muchas razones.

La primera, porque la ultraderecha recalcitrante que le apostó a tumbar la JEP quiere ese destino para la CV, o por lo menos que al término de los tres años de su vigencia pase sin pena ni gloria. Estos grupos enemigos de la paz prefieren que la historia del conflicto se escriba con la pluma fascista del director del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), Rubén Darío Acevedo.

Cuando termine este Gobierno, puede ocurrir que lo que nos entregue la CV sean mamotretos de historias tan voluminosos que nadie quisiera consultar, mientras el CNMH reconstruye a su manera y de acuerdo con sus torcidas inclinaciones ideológicas el conflicto. Estoy seguro de que ni el padre De Roux ni la mayoría de los miembros de la CV quieren que algo parecido les ocurra, pero mi pregunta hoy, en la primera semana de este 2020, es la misma que se hacen muchos compatriotas: ¿cuándo nos familiarizaremos con resultados tangibles de las averiguaciones de la CV? No puede suceder lo mismo que le pasó a Santos con el proceso de paz, quien lo hizo tan hermético que cuando pretendió divulgarlo los compatriotas no tuvieron tiempo de entenderlo, y por eso fue fácil para el uribismo ejecutar campañas de desinformación y desprestigio con las que ganaron el plebiscito.

La CV tiene que estar consciente de que cuando esté por terminar su período ya estaremos en los albores del proceso electoral y que, por tanto, ello interferirá en sus trabajos. Estoy seguro de la competencia, buena fe y rectitud del padre De Roux, a quien conozco, respeto y admiro desde hace muchos años como persona de bien y demócrata, pero me temo que está muy confiado en que la CV por sí sola va a conseguir lo que estamos esperando. No, padre De Roux, la cosa, para que salga bien, es con el concurso y el apoyo de los medios, nacionales y extranjeros. No se trata de convertir la CV en un reality, sino de encontrar el camino seguro para que los colombianos se enteren de lo que fue esta guerra y tomen conciencia de lo que pasó para que nada de ese horror tengamos que volver a vivirlo.

Adenda No. 1. Si la suspensión de Uber por la SIC se hizo para cumplirles a los taxistas, eso sería un delito que debe ser sancionado.

Adenda No. 2. Solo al altanero y desinformado senador uribista Carlos Felipe Mejía se le podía ocurrir censurar las carrozas del carnaval pastuso.

Adenda No. 3. Vergonzoso que luego de la gran tragedia de los habitantes de Bojayá hoy continúen siendo asediados por grupos armados. ¿Y el Estado?

notasdebuhardilla@hotmail.com

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar