Tiempos de agitación, buena por cierto, vive el andamiaje del fútbol nuestro. Los casos particulares denunciados por exárbitros ya tienen dirección a Fiscalía. Claro que en el fondo la Federación debe cumplir con exigencias de la FIFA, como el nombramiento de un director arbitral, diferente a una comisión arbitral, que es en el momento la que designa y justifica escogencia para quienes deban tener la escarapela.
A los árbitros del fútbol profesional los debe nombrar una entidad integrada por expertos y profesionales en el asunto. Y, de paso, dando cumplimiento a intereses de la FIFA, profesionalizar a los jueces.
Los seguidores del fútbol nos mantenemos aferrados a las ejecutorias de la selección de mayores. El nuevo orientador, Carlos Queiroz, encendió los motores y perfiló esperanzas de éxito. En su convocatoria para dos juegos amistosos de fecha FIFA no se presentaron sobresaltos mayores en cuanto a los nombres. Reparos se admiten en la línea defensiva. El caso de los zagueros centrales es llamativo, pues únicamente Dávinson Sánchez es titular y en ritmo continuo. Cristian Zapata y Óscar Murillo ni figuraron y Yerry Mina y Jeison Murillo son por ahora suplentes en sus equipos europeos.
Acá, al ver cómo supera el asunto Queiroz, hará insinuación de cómo solucionará emergencias por lesiones (lo acontecido con Arias) o expulsiones, o sencillamente por bajo nivel, porque es bueno recalcar, y no es invento de hoy, que los llamados deben ser aquellos de rendimiento parejo. En ese aspecto y concretamente en defensa, Dávinson es el único que viene cumpliendo.
Otro ejercicio esperado es averiguar el método que Carlos Queiroz empleará para que dos jugadores de clase comprobada, James Rodríguez y Juanfer Quintero, actúen juntos, siendo zurdos y creativos de juego. Por lo visto, Falcao será el delantero en punta, que no se resigna a dejar su lugar a Duván Zapata, aunque quién sabe si llegarán a estar juntos a la hora del partido.
Lo más importante es que encendió motores y de paso nos regala la selección un oasis mental y espiritual. Cuando llegue la Copa América esperamos estar listos a ser protagonistas, que significa ni más ni menos arrimarnos a la instancia final. Ya encendió motores, viene la etapa de calentamiento de los mismos y la aceleración está próxima.