Va a ser difícil creerles a los colombianos cuando contesten encuestas, si nos atenemos a lo que dijeron en el sondeo mundial sobre consumo de alcohol de la compañía Global Drug Survey.
Eso de que somos el país con más bajo promedio orbital de borracheras, entre seis y siete al año, solo lo imaginamos después del segundo brindis. Que en 2019 el 40 % de compatriotas no se hayan alicorado altamente ni una sola vez forma parte de la visión distorsionada de nuestra percepción frente al espejo, que, como sabemos, suscita una imagen sublimada de lo que quisiéramos ser gracias, eso sí, al gigantesco espíritu de procuración que nos habita.
Ya teníamos sospechas desde que lideramos entre los países más felices del mundo. Hace poco fuimos terceros, empatados con Ecuador, en la encuesta de la asociación mundial Win. La única manera de bajarnos del curubito es no incluirnos en el estudio, como pasó con el índice Global Happiness 2020 de Ipsos, encabezado por China y Países Bajos.
Se entiende esa megalomanía tan nuestra por el cruce de autopercepciones entre lo que somos, lo que queremos esconder y lo que queremos mostrar, que ayuda a explicar, como he dicho en otras ocasiones, nuestro consumo cultural, por ejemplo. Decimos en encuestas que no nos gustan la televisión ni el cine nacionales, pero las audiencias son altísimas, aun en repeticiones, como sucede con la saga de El paseo o los melodramas que, al principio, fueron estrategia de salvamento de los canales y hoy son una tendencia que va para largo.
Cuando se trata de exaltar el ADN nacional comparado con el de otros países somos absolutistas, pero si nos miramos el ombligo perdemos la fe en lo nuestro.
Se entiende así la dificultad de las empresas encuestadoras cuando contrastan sus estudios con elecciones o resultados. Y por qué hay gente que sigue percibiendo como positiva la gestión del gobierno Duque en la pandemia, o quienes creen que la vice o el delfín uribista tienen opciones presidenciales. Lo grave es que, como enseña la historia, a veces terminamos creyendo nuestros espejismos.