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Comunidad y desarrollo

EPS e IPS: principales azotes de la salud en Colombia

Uriel Ortiz Soto
26 de agosto de 2020 - 05:00 a. m.

Atendiendo el clamor de millones de colombianos, quiero en esta columna hacer un llamado al señor presidente Iván Duque para que, por favor, suprima o reduzca las astronómicas sumas que por el 4 x 1.000 de la nómina oficial reciben las EPS para beneficio de la salud de los colombianos, pero que son destinadas a la compra de obras suntuarias para satisfacer el ego de sus directivos.

Los organismos de control que han iniciado investigaciones sobre 17 EPS deberán llegar hasta las últimas consecuencias, pues si se hace un balance de los colombianos que han fallecido por culpa de los delincuentes de cuello blanco disfrazados de directivos de EPS, nos llevamos grande sorpresas.

¿Será que las EPS e IPS seriamente cuestionadas por malos manejos por los organismos de control tienen en estos momentos de crisis autoridad moral y logística para hacer frente a la grave pandemia que por el COVID-19 estamos padeciendo?

Considero que no. Los directivos que las han manejado —con algunas excepciones— vienen cometiendo de años atrás un delito de lesa humanidad al robarse, dilapidar y utilizar los recursos de la salud de los colombianos en obras suntuarias.

Razones de sobra tienen los organismos de control en estar investigando a las EPS del país, pues se han convertido en todo un azote para la salud de los colombianos, todo por causa del despilfarro para satisfacer el ego personal y familiar de sus directivos.

Valdría la pena que los organismos de control hicieran un inventario de las obras suntuarias de las diferentes EPS e IPS que funcionan en el país. Es tal la extravagancia que su suntuosidad no se compadece con los tiranos y pírricos servicios prestados a sus usuarios, que religiosamente deben pagar para su ingreso derechos por afiliación y posteriormente una mensualidad.

¿Pero qué decir de los ciudadanos cuyos servicios dependen de un afiliado?

Las humillaciones y tratos son peores. Por lo regular, tienen que hacer copagos y hay una serie de limitaciones que no se justifican con un servicio de salud que debe ser puntual, efectivo y humanitario.

El gobierno del presidente Duque está en mora de meter en cintura a las a EPS e IPS, pues se está cocinando a pasos agigantados otra terrible pandemia relacionada con la salud de los colombianos. Todo, por culpa de las entidades prestadoras de la salud que se han dedicado a utilizar los recursos del 4 x 1.000 que les llegan de la nómina oficial del gobierno, para la compra de clubes y haciendas que nada tienen que ver con la salud de los colombianos.

Cafam, Colsubsidio, Famisanar, Nueva EPS, entre muchas otras, son todo un santuario de corrupción, despilfarro, extravagancias y derroche a favor de sus directivos. Cuando ingresaron a las entidades, llegaron con una mano atrás y otra adelante; hoy son potentados con haciendas, clubes y flamantes oficinas única y exclusivamente a su servicio, mientras los afiliados mueren esperando una cita médica que muchas veces se demora hasta tres meses.

Las EPS e IPS, que fueron creadas con la filosofía de ser las prestadoras de la salud de los colombianos, se han convertido en su principal azote, empezando porque no tienen el más mínimo respeto y consideración por sus afiliados. Cuando una de ellas se quiebra, los negocian como borregos en feria de animales, cediéndolos al mejor postor, sin ninguna garantía para su salud.

La verdad de lo que estamos diciendo se comprueba muy fácilmente en las inmensas colas de pacientes, usuarios enfermos, muchas veces de la tercera edad o madres con niños de brazos, que tienen que madrugar a las tres de la mañana, soportando las inclemencias del frío y la lluvia, para que les programen una cita tardía, porque la enfermedad ya está avanzada y se encuentran entre la vida y la muerte.

Esperamos que el Gobierno, dentro del nuevo presupuesto para la salud, no tenga en cuenta a las EPS que se encuentran cuestionadas por los organismos de control; antes por el contrario, que se hagan las investigaciones de rigor, para que los responsables vayan a la cárcel y paguen por sus fechorías.

Todos los colombianos, desde hace varios años, venimos presenciando el robo a la salud por parte de las EPS. Lamentablemente, como la justicia en nuestro país es lenta y corrupta, muchas veces los responsables se las arreglan para buscar el vencimiento de términos, así todos los delincuentes de cuello blanco de la salud quedan libres y se dedican a disfrutar de las fortunas mal habidas con el dinero de la salud de los afiliados.

urielos2020@hotmail.com

urielos@telmex.net.co

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