Comunidad y desarrollo

Escepticismo en la FARC por inseguridad jurídica

Uriel Ortiz Soto
25 de abril de 2018 - 01:00 a. m.

Mal podríamos decir que el grupo de las Farc —convertido en partido político— ha incumplido lo acordado en La Habana, Cuba, hay que ser sinceros y honestos: aunque se les han dado una serie de beneficios nada acordes con las normas legales y constitucionales, sí tenemos que reconocer que después de la firma del Acuerdo el país viene respirando en parte un aire de paz y de tranquilidad.

Por eso, es muy importante que tanto Gobierno como FARC reconozcan que lo firmando en el Acuerdo es ley para las partes y que bajo ningún punto de vista debe violarse, puesto que pondría en serios aprietos la paz.  Sin embargo, en los últimos días el país no sale de la vergüenza de que se hayan esfumado varios miles de millones de pesos, producto de donaciones para desarrollar proyectos productivos para la paz, razón por la cual existen ciertos temores de que quienes están encargados de implementarla no están tomando las medidas pertinentes para el manejo adecuado de tan delicados recursos.   

Existen preocupaciones entre los directivos del antiguo Secretariado de las Farc, puesto que en las últimas semanas han sufrido una serie de reveses, muy seguramente la unidad y la cohesión de paz los tiene divididos, temiéndose que muchos de ellos regresen a la lucha armada.

Como en el caso de Jesús Santrich, la mayoría de sus directivos se estaban dando la gran vida, gracias al comercio del narcotráfico que les permitió amasar grandes fortunas para sostener el grupo armando por casi 60 años, además de los secuestros, extorsiones, pescas milagrosas y desplazamientos, que les dejaron inmensos recaudos. 

De otro lado, la disidencia promovida por alias Guacho está causando graves problemas de orden público en la frontera colombo-ecuatoriana, con el secuestro y posterior asesinato de tres periodistas y, últimamente, el de otra pareja cuyo paradero aún se ignora, fuera de daños en las infraestructuras de ambas regiones. El comportamiento de este grupo disidente está demostrando muy a las claras que en las Farc, como lo dijimos varias veces, no existía unidad de mando, como consecuencia quedan reductos empeñados en obnubilar la paz para los colombianos.

Mientras las autoridades militares de ambos países no logren desarticular la disidencia de alias Guacho, existe la creencia de que la reinserción de los grupos armados de las Farc no fue coherente con la firma del Acuerdo de Paz, y que quedaron muchos cabos sueltos, que es fundamental irlos uniendo a medida que avance la etapa posconflicto.

El grado de escepticismo se manifiesta en las filas de las Farc; si bien el Gobierno les ha cumplido con algunos aspectos relacionados con los acuerdos de La Habana, Cuba, los territorios asignados para la implementación de la etapa posconflicto por dos años están a punto de vencerse y los tienen en ascuas, puesto que ad portas de un nuevo gobierno nadie sabe lo que pueda ocurrir.

Otro aspecto sobre el cual manifiestan serias preocupaciones es el relacionado con su conversión en nuevo partido político reconocido como tal por las autoridades electorales; sin embargo, al salir a hacer proselitismo político con su candidato Timochenko, a los lugares a donde llegaron fueron recibidos con rechiflas, viéndose obligados a suspender las manifestaciones.

Sin embargo, el caso del exdirectivo Jesús Santrich, que fue recientemente capturado a solicitud de la DEA con fines de extradición por el delito de narcotráfico y lavado de activos, tiene sumidos a sus directivos en un estado de nerviosismo y de postración; fantasmagóricamente se encuentran en un estado de tal zozobra, puesto que varios de ellos están incursos en el delito de narcotráfico.

urielos@telmex.net.co

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