España: viento a favor del acuerdo

Las elecciones generales españolas realizadas el pasado 28 de abril han sorprendido. Las implicaciones para Colombia y el vecindario, es decir, las relacionadas con el acuerdo de paz y la política frente a Venezuela, están a la vista. Algo va de Casado, el líder del PP, a lo que una coalición de centroizquierda, encabezada por el PSOE, emprenda.

Las “pifiadas”de las firmas encuestadoras están a la orden del día en todo el mundo. No dieron en el clavo en el triunfo del brexit y, en el terreno doméstico, ninguna acertó cuando ganó el No en el plebiscito sobre el proceso de paz. Algo del estilo, aunque en menor escala, ha ocurrido en España.

Que el PSOE sería el ganador relativo estaba cantado. Sin embargo, hace tan solo cuatro meses las encuestas le otorgaban, más o menos, 100 diputados y, por su lado, 90 al PP. Así que la descurrumbada del PP es violenta —menos de la mitad de las curules obtendias en el 2016— y el PSOE, por su parte, aumentando en 38 el número de diputados (obtuvo 123), puede construir con calma su coalición.

Podemos alcanzó a recuperarse de malos augurios en meses pasados y Vox anda desilusionada porque esperaban más de los 24 escaños ganados y muchos más del espectro de la derecha. Si en Andalucía a les había ido tan bien, ¿por qué no a escala española?

No se sabe aún si el PSOE irá en coalición. Presión de los empresarios apunta a coaligarse con Ciudadanos y, desde luego, está Podemos dispuesta a formar parte del nuevo gobierno. También se ha anunciado la posibilidad de que el PSOE gobierne solo.

A pesar de que España ya dejó de ser uno de los principales socios comerciales para Colombia en el ámbito iberoamericano (en importaciones la superan Brasil y Ecuador; a febrero de 2019 Colombia había importado bienes de España por valor de US$76 millones y exportado productos por US $ 35 millones, magnitudes bajas), es un referente de vital importancia para nuestro país en materia del acuerdo de paz, por un lado, y de la política frente a Venezuela y el regimen de Maduro, por otro.

El contraste con la postura de Casado, el líder del PP, afín a las objeciones del gobierno y del CD a los acuerdos, no puede ser mayor. Así que la esperanza de parte de algunos sectores políticos colombianos de que una coalición de derecha rigiera los destinos de España y, con ello, la de contar con nuevo aire a favor de los “correctivos” al proceso de paz, incluidas las objeciones a la JEP, se ha disuelto por ahora.

Y, por el mismo camino, la afinidad del PP y sus eventuales coaligados con la política de Trump frente a la Unión Europea, la OTAN y, por estos barrios, frente a Venezuela, queda sin oxígeno.

Paz, fortalecimiento a la JEP, revisión de la agenda con Venezuela construyendo una nueva narrativa, serían pasos inteligentes del gobierno Duque y la cancillería. Claro que Maduro debe irse; sin embargo, la mejor manera de que permanezca es la de persistir en la inviable salida del famoso “cerco diplomático” y la amenaza latente de una intervención militar.