Están verdes

Gonzalo Hernández
27 de febrero de 2018 - 02:00 a. m.

Temía que las bondades programáticas de la coalición entre el Partido Alianza Verde, el Polo Democrático Alternativo y Compromiso Ciudadano fueran vulnerables en el momento en que se aceleran los motores en la contienda electoral. Y así está pasando.

Con las primeras encuestas que posicionan a Petro como puntero, la unión liderada por Fajardo empezó a agitarse. Algunos de los miembros de su coalición criticaron la ausencia de posturas concretas en la campaña, Fajardo se echó para atrás en sus declaraciones de aumentar la edad de jubilación —claramente impopulares a pesar de que las sostenía con razones técnicas— y habló de manera más tímida sobre los impuestos.

Tal como recordé en una columna pasada, la base programática de la Coalición Colombia plantea una estructura de impuestos más progresiva —en la que lo más ricos pagan más— y el desmonte de varios beneficios tributarios. Con buenos argumentos, Fajardo había dicho que, así como la sociedad colombiana había asumido el impuesto para financiar la guerra, tendría ahora que pagar el impuesto para financiar la educación. En las últimas semanas, mantuvo la idea de que sería irresponsable reducir los impuestos, pero fue menos enérgico con sus explicaciones sobre cómo financiaría la transformación educativa de su programa. Verdes: no hay nada malo ni antitécnico en decir que toca subir los impuestos a las personas naturales de más altos ingresos y riqueza.  

Es cierto que una coalición pluralista es un reto enorme. No obstante, las evidencias recientes de su fragilidad política son resultado también del malabarismo al que está obligado Fajardo por infligirse con el cuento de “no soy de aquí ni soy de allá”: ni de izquierda ni de derecha. Con Petro adelante en las encuestas, barriendo por el flanco izquierdo, y con la campaña del miedo de la derecha —que no se fatiga en descalificar el proceso de paz, algunas acciones judiciales y las críticas al modelo económico actual—, la coalición de los verdes y el Polo Democrático podría quedarse con un espacio electoral residual y pequeño.

Los verdes se equivocan al pensar que es suficiente el intento de apropiarse de la palabra reconciliación en su discurso. No cabe duda de que a la derecha y a la izquierda se ofrecen ideas propias de reconciliación en Colombia. Y se equivocan también los verdes al no reconocer abiertamente que sus prioridades orientadoras sí son de izquierda: la lucha contra una Colombia desigual —a través de más y mejor educación—, la defensa del medio ambiente, el respeto por la diversidad sexual, la lucha contra la corrupción que ha beneficiado a algunas élites que lo controlan todo y aprovechar el fin del conflicto armado con las Farc como oportunidad para iniciar una implementación verdadera de la paz. Estos temas no son exclusivos de la izquierda, por supuesto, pero sí son prioritarios en su agenda, a diferencia de quienes priorizan la seguridad militar y las ganancias empresariales.   

Los verdes, sin problema, pueden presentarse como una izquierda moderna que, sin traicionar sus ideales, comprende la importancia de implementar políticas económicas eficientes, sustentadas en aspectos técnicos y sin motivaciones afectadas por la inmediatez. En lugar de continuar del timbo al tambo por cuenta del voto de opinión, espero que reafirmen sus principios y pasen ya a concretar sus propuestas con cifras en mano. Por ahora, con tristeza, los veo verdes.

* Profesor asociado de Economía y director de Investigación de la Pontificia Universidad Javeriana (http://www.javeriana.edu.co/blogs/gonzalohernandez/).

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar