Estilos

Iván Mejía Álvarez
12 de septiembre de 2017 - 04:33 a. m.

Dicen que todos los caminos conducen a Roma y que escoger el método de transporte para llegar a la capital romana es personal e intransferible. En el fútbol pasa algo similar. Se puede ganar de muchas formas y cada técnico escoge la manera de dar resultados.

Santa Fe, por ejemplo, el flamante líder de la Liga colombiana renuncia a la posesión de la pelota y consigue resultados mediante la teoría de los bloques. Un sólido colectivo en defensa, donde generalmente mantiene el 4-3 o el 3-4, las dos variantes las viene practicando hace rato, en el que los bloques se compactan y convierten al equipo cardenal en un rival incomodo, difícil de penetrar, al que hacerle un gol con salidas en velocidad por los costados es difícil.

Santa Fe renuncia a la posesión, a tener la pelota, y llega mediante otros argumentos como la potencia en el remate aéreo, la jugada a balón parado, el trabajo entre semana para aprovechar las condiciones de sus cabeceadores y el tener lanzadores de primer nivel que ponen el esférico en el sitio exacto. Santa Fe no se preocupa de la estética, no le interesa la óptica del aficionado, su misión es ganar y esos 28 puntos que tiene no se los han regalado, los ha ganado en cancha con su manera de interpretar el juego. Es absolutamente valedero y respetable. El equipo de Pérez, igual que el de Costas o el de Pelusso, cree en los espacios como método y les va bien.

Júnior, en cambio, interpreta una partitura diferente. Al equipo que dirige Comesaña le interesa la pelota, quiere el balón para agredir al adversario. Usa la bola, toca y toca hasta encontrar el espacio. Se junta desde atrás en la salida, triangula y se junta, por lo que el equipo de Barranquilla llega a dar la impresión de un juego elaborado, por momentos precioso. Ese fútbol lo asume con propiedad en Barranquilla, pero le está costando practicarlo de visitante. Las derrotas ante Alianza, Once Caldas y Cortuluá, confirman que en el Júnior una cosa es en el Metropolitano y otra por fuera. Lo del Júnior, de todas formas, es tan válido como lo de Santa fe.

No existe una verdad revelada en el fútbol. No hay una sola forma de jugar y ganar, los técnicos aprovechan los jugadores que tienen en nómina y a partir de allí seleccionan el estilo. No sería lógico que Santa Fe jugara al toque y mucho menos que Júnior intentara ser un equipo contragolpeador y de pelotazo.

En fútbol unos prefieren la pelota y otros el espacio.

 

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