“Euphoria”: un balde de agua fría en plena pandemia

Columna del lector: Michael Steven París
04 de enero de 2021 - 03:00 a. m.

No es de extrañar que los adolescentes que nacimos después del 2000 nos veamos enfrentados a una sociedad que corre y no espera a nadie. Algunos de nosotros ni siquiera nos hemos graduado de la escuela y ya escuchamos hablar del fin del mundo y el calentamiento global. Lidiamos con grupos hiperconectados que han establecidos sus propios estereotipos: te juzgamos basados en cuántos likes puedes conseguir en tu foto y qué tan hegemónica es tu figura. Además, nos atrevemos a medir tu valor dependiendo de qué tan susceptible eres a la presión social que este mismo grupo ejerce sobre lo que puedes ser y hacer. Puede sonar como una tragedia distópica digna de un libro de Welles, pero es la realidad que retrata el drama adolescente Euphoria.

La serie fue el primer drama adolescente producido por HBO. Estrenada el 16 de junio del 2019, y contando en su elenco con nombres tan importantes como Zendaya interpretando el personaje principal, Drake como productor ejecutivo, Labrinth encargándose de la música y Samuel Levinson, director de Nación asesina. Sin dudas, su éxito era inevitable. Y así lo fue: en la primera emisión tuvo más de un millón de espectadores.

En medio de la pandemia del COVID-19 decidí revisitar la serie para acompañar las largas noches de insomnio, lo que terminó siendo un balde de agua fría justo en la cabeza.

Euphoria es un viaje que no peca en llevarte con una mirada nostálgica a ese pasado que “siempre fue mejor”, sino que te escupe en el ahora, en lo que está pasando con los adolescentes de la nueva década. Te muestra, en su retrato de la realidad, a toda una serie de personajes que afrontan las problemáticas más comunes durante estos días: drogas, abandono, inseguridad, dudas de género, identidad o masculinidad tóxica, por mencionar algunos. Sam Levinson no solo retrata esto en su narrativa, sino en una completa exposición de fotografía, vestuario, color, música y maquillaje que, en conjunto, representa de forma perfecta el torbellino de emociones y sensaciones por las que pasamos todos durante estos años. Para darle cuerpo a esto, solo tenemos que apreciar el trabajo de maquillaje realizado por Doniella Davy y Kirsten Coleman: glitter, purpurina, sombras y colores que marcan la personalidad de cada uno de sus personajes (tomando inspiración del movimiento teen angst).

La serie cuenta con una crudeza única y no teme mostrar algo cuando debe hacerlo: ya sea a su personaje principal (Rue) ahogándose en su propio vómito debido a una sobredosis, o a Jules siendo sodomizada en el intento de ocultar la verdad que tanto la aflige. Sin embargo, la fotografía y los colores dan un tratamiento especial a estas escenas (y a otros momentos cúspides de la trama) que las hacen ver hermosas, pero narrativamente impactantes y devastadoras. Incluso, la serie da una mirada mucho más fresca a toda su realidad con su selección musical: desde clásicos de la música, pasando por rap underground y electrónica experimental, hasta los últimos éxitos de J Balvin y Rosalía. Esta termina marcando el ritmo de las mejores escenas de la serie.

En un principio parece la serie que los padres prohibirían ver a sus hijos. Pero, en su concepción, es una herramienta que puede fungir como puente entre ambas generaciones, ayudando tanto a los padres (y personas mayores) a entender la realidad gris en la que vivimos, y en otro tanto a nosotros, tomando el rol de un espejo en que podemos vernos reflejados y afrontar eso que nos cuesta aceptar.

Por Michael Steven París

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Atenas(06773)04 de enero de 2021 - 11:06 a. m.
Valga admitir q', en realidad, lo q' el pollo q' escribe esta columna sobre la serie Euphoria, es asi de cruda. Un horizonte gris hoy se cierne sobre la juventud actual, y los q' vinimos de antes hemos de tender puentes q' propicien más fuertes relaciones y panoramas más alentadores. Bien interesante asunto este.
UJUD(9371)04 de enero de 2021 - 10:17 p. m.
La juventud de Colombia se ahoga en sangre, los asesinan por ser líderes sociales, ambientalistas, desmovilizados, maestros, etc. es lo que ordenó el Matarife y el ilegítimo e inepto gobierno cumple.
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