Experimentar

Iván Mejía Álvarez
18 de marzo de 2018 - 02:00 a. m.

A Pékerman le gusta repetir las rutinas como parte del método de afianzamiento de conceptos. El técnico argentino piensa que lo que le dio resultado para el buen desempeño en Brasil 2014, es válido para conseguir resultados iguales o superiores en Rusia 2018.

Por eso, pidió dos rivales fuertes para la penúltima experiencia previa al Mundial. Recuerda que hace cuatro años los partidos, en su momento muy difíciles, contra Bélgica y Holanda le dejaron la tranquilidad de unas piezas más o menos engranadas y un equipo que parecía caminar bajo la premisa de la repetición de movimientos. Ahora tiene a Francia y a Australia como puntos de partida para saber qué tiene y qué le falta para Rusia.

La gran diferencia es que en este momento el técnico tiene que abocarse a algunos experimentos para tener un plan B. Algunos nombres y algunas posiciones siguen estando bajo sospecha y no parecen claros.

La ausencia de Cuadrado lo lleva a buscar un extremo por derecha que pueda darle funcionamiento ofensivo pero a la vez control territorial y marca por esa banda. No son muchas las alternativas y lo que hay puede estar enmarcado por la necesidad de defender o la de atacar. Una cosa es jugar contra Francia en Saint Dennis, un rival potente y con mucho gol, y otro puede ser el juego contra los canguros que serán los que se defenderán.

Tampoco podrá contar con Cardona, quien está suspendido tras su acto racista de mal gusto contra Corea. Aunque esté vigente la posibilidad de Izquierdo, quien juega en ese puesto en Inglaterra, con un magnifico presente, no se haga nada extraño que el técnico haga experimentos defensivos para bloquear la banda izquierda ante Francia.

De los tres volantes de segunda línea aparentemente titulares en el Mundial, solo queda James vigente. Y que bueno sería que la insignia de la selección pudiese actuar como lo hace en el Bayern, con libertad, pidiendo la pelota, con líneas arriba, manejando el control y los ritmos, y no sea el James de los últimos partidos con Colombia, atado, sin vuelo, rígido, por disposición táctica, sin brillo ni compañía. Es solo un pedido: que lo dejen jugar.

También sería muy interesante encontrar un socio para Carlos Sánchez en la pareja de volantes de seguridad. Aguilar es del riñón de Pékerman, pero está lejos de ser un “fijo” en el corazón de los hinchas, que lo ven tan frío, tan corto de vuelo, que preferirían algún experimento en ese puesto a ver si se le encuentra complemento. Un Matheus Uribe, por ejemplo, con salida, desborde y tareas de marca.

¿La misma rutina, los mismos resultados?

 

 

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