Yo soy como el picaflor

Fecha de caducidad de las opiniones políticas

Ricardo Bada
22 de febrero de 2019 - 03:27 p. m.

Dentro del organigrama de la Unión Europea trabajan unos expertos en homologación, cuya tarea consiste en establecer normas comunes y obligatorias para todos los Estados miembros de la misma; normas que regulan desde el tamaño de los tetrabriks conteniendo jugo de naranja hasta el diámetro de los preservativos, para poner sólo dos ejemplos bien anecdóticos. Pero hay un asunto más bien peliagudo (peludo, lo llamaría Cortázar) y no previsto por los todopoderosos normativos de Bruselas: la vigencia de las opiniones políticas.

Para nadie es un secreto que los políticos (tanto en el poder como en la oposiciòn) mudan de opinión con más facilidad que de ropa interior, o mejor dicho, de corbata, que es una estadística mucho más fiable. Lo que ello significa para los profesionales de la información, no necesito explicitarlo. Donde ayer dijimos que alguien dijo digo, ahora tenemos que decir que en realidad dijo Diego.

En regímenes democráticos, como lo son todos los Estados miembros de la Unión Europea, eso es más o menos deglutible. Pero no en regímenes no democráticos, o simplemente devotos, que son los más, basta echar una mirada al mapamundi. Y lo cierto y verdadero, aunque nos duela, es que los periodistas nos vemos obligados a trabajar bajo cualquier clase de régimen.

Pienso que la Unión Europea, desempeñándose como pionera en este terreno, debería establecer de modo categórico que todas las opiniones emitidas por los políticos, no importa de cualquier color o partido, llevasen claramente visible, como cualquier otro tipo de mercancía, su fecha de caducidad.

Así no podría suceder lo que le sucedió al presidente peruano, el ingeniero agrónomo Alberto Fujimori, a quien siendo yo redactor de la Radio Deutsche Welle lo entrevisté a mediados de octubre de 1996, y me dijo de una manera tajante que el terrorismo había sido erradicado de su país. (El original de la entrevista se encuentra a buen recaudo en el Archivo de la Palabra de la RDW).

Aquella opinión de Fujimori, tan frágil en sentido cronológico, hubiera tenido que ser catalogada como I–a, y la habríamos tenido que emitir añadiendo: "Fecha de caducidad: dos meses a partir del día de hoy". Porque ya recordarán que poco menos de dos meses después, el 17 de diciembre, un comando del grupo terrorista Movimiento Revolucionario Tupac Amaru ocupó la residencia del embajador japonés en Lima y retuvo en ella a 72 rehenes durante 126 días.

Un caso distinto donde no habría problemas es al catalogar afirmaciones como la del canciller alemán Kohl de que en el año 2000 se habría reducido a la mitad el número de desempleados del país. Una cosa es una opinión y otra cosa es una utopía.

 

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