François Houtart (1925–2017)

Luis I. Sandoval M.
13 de junio de 2017 - 02:00 a. m.

Conocí a François Houtart en Lovaina (Bélgica) en 1975, con ocasión de uno de mis viajes por razón de la actividad sindical. Desde entonces nos encontramos numerosas veces y hablamos de diversos tópicos según las circunstancias del momento. Ese primer encuentro fue propiciado por un estudiante boliviano de doctorado en la Universidad Católica de Lovaina (UCL) que fungía como traductor en los eventos de la Confederación Mundial del Trabajo (CMT).    

Teniendo su origen en una familia de la nobleza belga, Houtart, ya integrado a las filas del clero católico después de la Segunda Guerra Mundial, estudió Sociología y se vinculó a la Juventud Obrera Católica (JOC), movimiento inspirado por el cardenal Joseph Cardijn; así comenzó una militancia social con el método de ver, juzgar y actuar propio de la JOC. También yo tuve relación con la JOC colombiana por el tiempo en que su animador era el sacerdote Abel Giordana (1969). Esa experiencia nos aproximó.

Houtart viajó por América Latina siendo un joven sacerdote y en marzo de 1953 dictó en Bogotá una conferencia sobre sociología urbana a la cual asistió el seminarista Camilo Torres Restrepo quien, motivado por la exposición del profesor de Lovaina, decidió, ya ordenado sacerdote, ir a la UCL a estudiar Sociología. En 2015, guiado por Houtart, busqué, encontré y fotocopié el texto original en francés de la tesis de grado de Camilo. 

En 1984 volví a verlo ya en Lovaina la Nueva, tomamos café en el apartamento donde vivía con su esposa, Genoveva. En esa oportunidad me obsequió el libro Sociologie d’une Commune Vietnamienne, que se corresponde con el justo momento en que estaba adentrándose en el marxismo como método de análisis de la realidad sin renunciar al cristianismo ni abandonar la Iglesia católica. Ya para entonces tenía estrechos lazos con los autores y actores de la teología de la liberación en América Latina.

Su relación con el continente fue larga y profunda. Precisamente al momento de realizarse el Concilio Vaticano II (octubre 1962 – diciembre 1965), el carismático obispo y cardenal brasileño Helder Cámara le pidió a Houtart preparar un documento para todos los obispos del mundo sobre la realidad de América Latina, encargo que cumplió resumiendo la obra en 43 volúmenes que él mismo había dirigido en años anteriores. Trabajó en muchos países del continente, la última etapa precisamente en Ecuador, país gobernado por Rafael Correa, un presidente que había sido su aventajado alumno en Lovaina.

En febrero de 2016, una vez más, vino a Colombia para los actos académicos y políticos con ocasión del 50 aniversario de la muerte del padre Camilo Torres. Al entregarme el libro Camilo Torres y el Amor Eficaz, editado en Ecuador, que contiene un texto suyo y otros de Javier Giraldo S.J. y Gustavo Pérez Ramírez, escribió esta dedicatoria que me honra: “A Luis Sandoval, testigo privilegiado de toda la historia de luchas sociales de este tiempo y actor importante del movimiento obrero. En cordial recuerdo de muchos encuentros en Colombia y en Bélgica”.

François Houtart fue uno de los promotores y luminarias principales del Foro Social Mundial a partir de la movilización de Seattle en 1999. Agudo crítico del capitalismo contemporáneo y proponente de un nuevo paradigma, quizá su mensaje central, muy condensado, sea este: “El nuevo paradigma plantea, como opción fundamental, una dinámica social equilibrada entre personas, géneros y grupos sociales en armonía con la naturaleza, para promover la vida y asegurar su reproducción”. Conclusión reafirmada teórica y prácticamente: “Fortalecer la lucha contra la globalización capitalista con miras a construir otro mundo más justo y equitativo” (2015).

@luisisandoval

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