“Gallinicidio” en medio de dos círculos viciosos

Mauricio Botero Caicedo
01 de julio de 2018 - 02:00 a. m.

Uno de los mayores misterios de la historia es cómo un país como Venezuela, que tenía en el petróleo una extraordinaria gallina de huevos de oro, dejó morir de hambre al ave. En medio de una inesperada bonanza de precios, Venezuela (dueño de las mayores reservas de petróleo del mundo) nunca pudo alcanzar su potencial de producir 4,0 millones de barriles diarios. De acuerdo con la información suministrada por las autoridades venezolanas a la OPEP, “en febrero de este año Venezuela produjo 1,58 millones de barriles diarios, lo que implica una caída del 37 % respecto a febrero de 2016. En su último informe anual, la Agencia Internacional de Energía señala que es probable que el desplome de la producción continúe durante lo que resta de este año y descienda hasta 1,3 millones de barriles diarios, un nivel similar al registrado durante 1950.” 

Para los conocedores del sector, el “gallinicidio” venezolano se debió a que los chavistas se dedicaron a ordeñar, sin misericordia alguna, los recursos de Pdvsa, la empresa petrolera del Estado, y no adelantaron las inversiones necesarias para mantener, mucho menos para aumentar, la producción. Añadido a esta insensatez, por razones políticas los chavistas pusieron en el asfalto la casi totalidad de técnicos y administradores que realmente entendían el negocio. Y mientras que salían del talento y la experiencia, doblaron la nómina y pusieron a manejar a la empresa a un contubernio de pícaros y de militares que se han encargado de darle la estocada final a lo que en su día fue una de las empresas más respetadas del mundo. Pero lo más grave es que el actual equipo ejecutivo y técnico de Pdvsa no tiene ni la disposición, ni el interés, ni el entendimiento de la naturaleza estratégica ni de la empresa, ni del sector.

Para la analista Luisa Palacios, de la Universidad de Columbia, “Venezuela está empezando a sufrir las consecuencias de un círculo vicioso, en el que escasea el efectivo porque produce menos petróleo y a su vez produce menos petróleo por esa misma falta de divisas”. Palacios advierte que varias empresas que prestan servicios especializados cruciales a la estatal petrolera Pdvsa, como la multinacional Schlumberger, están anunciando recortes en sus actividades en Venezuela, pues argumentan que no les han pagado todas sus obligaciones y Pdvsa está teniendo serias dificultades para pagar el petróleo liviano que necesita comprar en el exterior para mezclar con su producto estrella, el crudo pesado de la franja del Orinoco.

Para darse uno cuenta de la magnitud del “gallinicidio” basta repasar unas cifras: no producir 2,7 millones de barriles adicionales a un precio de US$65 por barril equivale a no recibir la suma de US$176 millones diarios. Anualmente la cifra desperdiciada son US$64.500 millones, suma que le permitiría a Venezuela cumplir con sus obligaciones externas y darle una solución a la extrema escasez de alimentos que afecta a buena parte de los habitantes.

Pero posiblemente la mayor tragedia es que a corto y mediano plazo no hay posibilidad de revivir la gallina de los huevos de oro, porque para lograrlo Maduro tendría que romper otro círculo vicioso: sacar a patadas a los corruptos que ordeñaron a Pdvsa. Y resulta que son esos mismos corruptos –con o sin uniforme– los que le están dando el apoyo político a Maduro para mantenerse en el poder.

 

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