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Goleadores

Iván Mejía Álvarez
26 de octubre de 2008 - 03:00 a. m.

Parece una cuestión genética: se nace goleador, desde la cuna aparecen esos genes que identifican a los terribles bombarderos, aquellos jugadores que destrozan defensas enemigas fecha tras fecha y demuestran que están en el fútbol para meter goles, para elevar los puños al cielo alabando su faena.

Cada día valen más, cada día son más escasos de conseguir, algunos subsisten con el paso de los años pero están ahí, mantienen su vigencia. Un gran equipo tiene siempre un gran artillero y nada ni nadie, incluidos los esquemas tácticos ultradefensivos, poblando los mediocampos de jugadores sin mayor creatividad pero con mucha raza y capacidad de lucha, pueden ocultar su importancia dentro del fútbol.

Ese maravilloso invento de la televisión y sus cómplices satelitales que permiten seguir el fútbol del mundo paso a paso abren los ojos al aficionado sobre los grandes goleadores del momento. Wayne Rooney tiene fama de loco y extravagante en sus gustos y vida privada. En el área es todo lo contrario, sensato y letal. Cada día más jugador, más completo, maneja las dos piernas, está dulce y todo lo que patea tiene como objetivo el gol. Con la selección y el Manchester, el regordete Rooney viene mostrando una maravillosa fase y una gran evolución. Aprendió a ir a los costados y a manejar un concepto fundamental dentro del fútbol de ataque: “para entrar, hay que saber salir”. Y está bien acompañado por Cristiano, Tévez, Bervatov que le abren caminos hacia el gol.

Con menos acompañamiento pero con estupendos movimientos sorprende a todos la evolución que muestra el sueco Zlatan Ibrahimovic en el Inter. Con Mourinho aprendió a moverse diferente y hoy Ibra es un jugador más completo. Gana por potencia y por eficacia y es sin duda el mejor atacante de la liga italiana. Sorprende que Mourinho diga que es el mejor delantero que ha conocido.

A Ruud Van Nilsteroy se le está acabando la pita del carretel pero sigue siendo un delantero virtuoso y letal, con una eficacia impresionante. Cuando Val Nilsteroy se eleva, gana en el salto y a cantar gol. Su circuito creativo le busca mucho por arriba y él responde aprovechando estatura y rebotes.

Otro gran delantero, magnífico jugador, es el togoleño Adebayor, del Arsenal. A pesar de su altura que le haría un jugador torpe, muestra gran conducción de balón y una categoría para definir todo lo que el magnífico juego colectivo de Cesc Fabregas-Van Persie-Theo Walcott logran crearle dentro del muy elaborado fútbol de toque del elenco de Wenger .

Y el último de esta lista es el “guaje” David Villa, del Valencia. Éste tiene el oportunismo y el gran sentido del goleador para estar una fracción de segundo antes que el defensa en el lugar indicado y a la hora indicada. Pero, también sabe entrar y salir, estar y anticipar.

Hablar de estos goleadores en la famélica Colombia es hablar de la soga en la casa del ahorcado.

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