Gómez Plata

Yohir Akerman
01 de marzo de 2020 - 05:00 a. m.

El municipio antioqueño Gómez Plata le debe su nombre a la memoria del obispo neogranadino Juan de la Cruz Gómez Plata y fue la cuna de nacimiento del señor Iván Duque Escobar, padre del hoy presidente de la República.

Pese a solo tener 10.000 habitantes, su importancia en la historia es clave, sobre todo en la que tiene que ver con la influencia del paramilitarismo en la política.

Me explico.

En la sentencia emitida el pasado 12 de febrero por la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Medellín contra nueve paramilitares que fueron patrulleros del Bloque Metro de las Autodefensas Unidas de Córdoba y Urabá, se recuerda el rol que jugó este pequeño municipio en las elecciones del 2002.

El magistrado ponente es el doctor Juan Guillermo Cárdenas y el documento tiene 2.278 páginas, sumándose a los cientos de documentos históricos que han descrito el horror de las actividades de los paramilitares en Colombia.

La sentencia fue mencionada la semana pasada por haber ordenado a la Fiscalía ampliar la declaración de uno de los mencionados para profundizar sobre el posible compromiso del expresidente y hoy senador Álvaro Uribe Vélez “en la incursión armada a la vereda Cañaveral, ocurrida el 7 de julio de 2001 que dejó 12 campesinos muertos”. (Ver La Sala ordena).

Pero ese es otro tema.

La sentencia menciona 178 veces al doctor Álvaro Uribe Vélez y a su hermano Santiago en diferentes hechos y acusaciones. Lo que tiene que ver con el municipio Gómez Plata es sobre la presión y compra de votos que presuntamente ocurrió en la campaña presidencial del año 2002.

Vamos por partes.

De acuerdo con el Tribunal Superior de Medellín, una vez que el Bloque Metro consolidó su poder militar y dominio territorial en la zona, infiltraron “las administraciones municipales y departamentales, apropiándose de recursos a través de contrataciones, contando a la par con el apoyo de algunas instituciones estatales”, y logrando “un control en todos los campos en sus lugares de asentamiento; situación que facilitó el desplegar delictivo en contra de los civiles ajenos al conflicto armado”. (Ver Radicado 110016000253 2009 83705).

De terror.

Con respecto a la compra de votos, el fallo cita la versión dada el 15 de septiembre de 2011 por el exparamilitar Luis Adrián Palacio Londoño, alias Diomedes, a fiscales de Justicia y Paz.

Frente a la pregunta del investigador de si el Bloque Metro tuvo alguna injerencia “en la elección de alcaldes, concejales, diputados, de congresistas, de presidente de la República, que hubiesen presionado a la población civil, exigido votar por A, B o C candidato”, alias Diomedes contestó inequívocamente: sí.

“A mí me tocó en las elecciones de presidencia (…) del doctor Álvaro Uribe, y nos tocó presionar todo el nordeste para que votaran el nombre del señor Álvaro Uribe, porque esa era la orden de Rodrigo Doble Cero. Del grupo de autodefensas, se le dio permiso a todo patrullero que tuviera la cédula inscrita y quisiera votar que tenía que votar por Álvaro Uribe, tanto que en el municipio de Gómez Plata a la comunidad se le obsequiaban mercados, sumas de $150.000 a las familias muy pobres para que depositaran su voto al señor Álvaro Uribe”. (Ver $150.000 por voto).

Y así se hizo.

Cuenta alias Diomedes que “todo el mundo votó por el doctor Álvaro Uribe, votaron, ese es un punto bueno de referencia porque pueden ir, porque me imagino que en cada mesa de votación debe quedar un registro, entonces con base a ese registro pueden ustedes comprobar si lo que he dicho es mentira o es cierto. Pongámosle que el 95% de las personas que votaron en el municipio de Gómez Plata votaron por el doctor Álvaro Uribe, presionados por las autodefensas”. (Ver Presión de las Auc).

Correcto.

Según datos de la Registraduría, en las elecciones de 2002 Álvaro Uribe Vélez ganó en primera vuelta la Presidencia con 5’862.655 votos, mientras que su par, Horacio Serpa, alcanzó 3’514.779 sufragios. Los municipios con mayor nivel de dominio electoral por parte del hoy senador se ubicaron en departamentos como Antioquia, Boyacá, Cundinamarca, Magdalena y Valle del Cauca. Gómez Plata fue uno de los municipios con más alto dominio porcentual.

Es importante recordar que en ese entonces el registrador era el señor padre del presidente Iván Duque. Es una lastima que el señor Iván Duque Escobar no revisó a profundidad lo que ocurrió en el municipio que lo vio nacer.

Pero no es la primera vez que se habla de fraude electoral en las presidenciales de 2002. En una columna publicada en este espacio en junio de 2017, se cita la declaración del señor Rafael García que reveló, entre otros hechos, que en Magdalena se realizaron presiones para esas elecciones gracias a la misma alianza con los paramilitares. (Ver La Reserva del Samario).

García contó cómo entre el Bloque Norte de las Autodefensas, su jefe Jorge 40 y miembros de la campaña de Uribe en el Magdalena estructuraron un plan para las presidenciales de 2002. Esa estrategia le significó al candidato Uribe Vélez más de 337.000 votos en Cesar, Córdoba, La Guajira y Magdalena.

Como he dicho antes, si al resultado logrado por Uribe en esas votaciones se le restaran los 337.085 sufragios que sacó en Cesar, Córdoba, La Guajira y Magdalena, y parte del casi millón de votos logrado en Antioquia gracias a estrategias como la del municipio Gómez Plata, Uribe Vélez hubiera tenido que ir a segunda vuelta a disputar la Presidencia con Serpa.

No es una pequeña cosa. Pero como todo elemento que relaciona la historia del paramilitarismo, la familia Uribe y la política colombiana, no quedará más que como una anécdota. La anécdota de Gómez Plata.

@yohirakerman, akermancolumnista@gmail.com

 

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