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Gracias, Sofía Vergara

Julián López de Mesa Samudio
13 de agosto de 2015 - 03:55 a. m.

Hasta hace unos cuantos meses no había visto ni un sólo capítulo de Modern Family, la serie de televisión estadounidense que protagoniza Sofía Vergara. Sin embargo, algún domingo terminé viendo varios capítulos y quedé impresionado.

No sólo no veo televisión, sino que mis prejuicios me habían llevado a pensar que era otra de tantas comedias estereotipadas que la televisión estadounidense reencaucha una y otra vez como nosotros reencauchamos telenovelas. Y aunque la serie sí se centra en estereotipos definidos (Divorciado/Latina/Gay/Neurótica/, etc.), muchas veces exagerados y predecibles, apela a una construcción sólida de personajes y a llevar la comedia a lugares próximos a situaciones cotidianas de las familias contemporáneas.

La actuación de Sofía Vergara es extraordinaria pues logra captar la esencia de nuestra colombianidad, empezando por su histrionismo desbordado. Gloria, su personaje en la serie, es indudablemente colombiana; no es mexicana, ni española, ni peruana o ecuatoriana. Desde los gestos y manierismos hasta las referencias precisas a nuestro diario vivir y nuestros lugares comunes, Gloria, como cualquier colombiano, nunca dejará de serlo precisamente por esos detalles que nos hacen ser nosotros y nadie más. Sofía Vergara hace que los colombianos nos veamos representados verosímilmente en un personaje principal de una serie popular y masivamente vista en el mundo, lo cual es un hito en la historia de los estereotipos latinos en Hollywood.

Pero el verdadero genio de la actriz es, en mi concepto, la forma como se burla de sí misma, en sus términos. No sé hasta qué punto tiene injerencia en los libretos, pero es evidente que conforme avanza la serie, Sofía Vergara tiene más influencia en la construcción de la colombianidad de Gloria. Incluso se burla de aquellos temas tabú para nuestra imagen en el exterior, y con los cuales la conciencia colectiva y la opinión pública de nuestro país monta en cólera con la sola mención. A través de Gloria, Sofía Vergara se apropia de una identidad que, al igual que el país mismo, también está traspasada por una historia de violencia, vergüenza, dolor, decepción e impotencia ante las vicisitudes propias de nuestra golpeada historia reciente; sin embargo, al burlarse de dichas condiciones, de tal destino, lo transforma en su aliado y en su fortaleza. La mofa autoinflingida pone a prueba la seguridad en uno mismo, en lo que se es, liberándolo de las ataduras de la vergüenza: la broma aliviana la carga vergonzante de esa parte de nuestra identidad de la que tanto nos abochornamos, transformándola, sino en motivo de orgullo, en un motivo de celebración.

Estoy convencido de que en unos años, quizás muchos, Colombia se dará cuenta de la enorme deuda de gratitud que tiene con Sofía Vergara. Ella sola, desde hace tiempo, se ha encargado de transformar positivamente la imagen del país ante el mundo. Pero, más que positivamente, ha sido capaz de mostrar por primera vez –por lo menos desde que tengo memoria– un rostro auténtico de Colombia, dignificando de paso la posición de la mujer latina con el papel que protagoniza en la serie y en el que tiene evidente libertad creativa. Con su actuación, Sofía ha ido dignificando la identidad colombiana frente a sí misma, generando un paradigma diferente de colombianidad para las millones de personas que la ven a diario en televisión.

 

@Los_Atalayas Atalaya.espectador@gmail.com

 

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