El arte y la cultura

Gran concierto barroco

Manuel Drezner
09 de noviembre de 2017 - 02:00 a. m.

Con todo y lo excelente que ha sido la temporada musical este año, el concierto del grupo Les Arts Florissants, que dirige William Christie, en el Santo Domingo, debe catalogarse como una de las cimas musicales que se han escuchado en mucho tiempo en Bogotá. El programa presentó lo que llamaron dos óperas barrocas, Acteón, de Marc-Antoine Charpentier, y Dido y Eneas, de Purcell, aunque en realidad la primera la bautizó su compositor como pastoral dramática, mientras que la de Purcell fue escrita como tarea para una escuela de niñas, pero lo cierto es que se trata de obras acabadas y entretenidas, a pesar de lo escueto del montaje semiescénico que nos dieron y que desde luego es preferible a ese absurdo de presentar obras dramáticas como concierto, sin representación.

Charpentier (a quien no hay que confundir con el mediocre autor de Luisa), tiene el dudoso honor de haber sido uno de los autores más interpretados, así la gente no lo sepa, porque el preludio a su Te Deum fue por mucho tiempo el tema de presentación de un popular programa de radio internacional. Acteón, la obra que presentó Christie, está basada en el relato de Ovidio de la transformación del personaje en venado por haber tenido la indiscreción de descubrir a la diosa Diana y sus ninfas bañándose desnudas y que es después muerto por sus propios perros de cacería. Fue interpretada con un modesto pero auténtico acompañamiento musical de un puñado de instrumentistas y con los solistas doblando como coro. Se trata de una música bellísima, y momentos como el lamento instrumental a la muerte del personaje son sublimes.

Igualmente Dido y Eneas, de Purcell, que cuenta la historia repetida por tantos músicos del abandono de la reina de Cartago por el héroe troyano, fue mostrada con convicción y acierto musical. La graciosa escena de las brujas buscando acabar con el romance de los dos monarcas fue atractiva y el lamento final de la reina fue conmovedor.

El total fue una velada musical de altísima categoría y que muestra la razón por la cual Christie está considerado entre los grandes intérpretes del Barroco en nuestros tiempos. Fue extraño no ver entre el público a tanto amante de la ópera que tenemos y que en realidad se perdieron de algo único.

El hecho de haber sido esta presentación en la tarde de un domingo de puente se reflejó en que ella no tuvo el lleno absoluto que merecía y hará que los verdaderos amantes de la música que se lo perdieron lamenten no haber podido apreciar este concierto único.

 

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