Hacia una Colombia limpia en el 2035

Mauricio Botero Caicedo
10 de mayo de 2020 - 05:00 a. m.

¿Qué nos lleva a pensar que el petróleo, el diésel y el gas se pueden reemplazar a mediano plazo? Debemos abordar el problema tanto por la oferta como la demanda, basados en la premisa de que es imposible tener una Colombia limpia si la generación no es limpia. Partamos de la base de que en el 2022 Colombia va a tener 22,5 GW de capacidad de generación eléctrica, de los cuales 7 GW son con combustibles fósiles. A una tasa de crecimiento del 2,5 % anual en el consumo de electricidad, en el 2035 el país necesitaría generar 41 GW, que se descomponen de la siguiente forma: 1. Por el aumento en la demanda interna, 31,8 GW. 2. A esta cifra habría que añadirle un 30% adicional para electrificar la totalidad del transporte. 3. Habría que reemplazar los 7 GW generados con combustibles fósiles. En resumen, en el 2035 se va a necesitar instalar 25,5 GW adicionales de generación de electricidad limpia. Si aceptamos que el 90 % de esta nueva generación es solar (el otro 10% es eólico, geotérmico, de biocombustibles y de cogeneración), necesitaríamos instalar cerca de 23 GW de energía solar adicional en los próximos 15 años. Asumiendo las enormes economías de escala que se están dando, en donde el costo instalado puede estar entre US$500 y US$700 millones por GW, estos proyectos podrían costar entre US$11.000 y US$15.400 millones, cifra perfectamente financiable. (Hidroituango, que deberá generar 2,2 GW, costó US$2.400 millones). Las granjas solares que generen 23 GW de energía solar van a requerir 46.000 hectáreas; área relativamente pequeña si se tiene en cuenta que entre La Guajira, el Magdalena Medio y la altillanura hay más de 15 millones de hectáreas disponibles.

Simultáneamente, para suministrar energía limpia hay que darle un revolcón a la demanda, por medio de políticas públicas acompañadas del sector privado, y “electrificar” para el 2035 la casi totalidad del transporte en Colombia (el transporte eléctrico aéreo puede ser una excepción). Para entender el petróleo es preciso saber que el 70 % del crudo se utiliza directa e indirectamente en transporte. Debemos mirar detenidamente el ejemplo de Noruega, en donde cerca del 60 % de los carros nuevos que se venden son eléctricos. El país nórdico ofrece una variada cantidad de incentivos para aquellos que adquieran un coche eléctrico, que van desde exenciones de impuestos hasta el no pago de peajes y acceso a carriles especiales. Noruega también se ha fijado el objetivo de tener una estación de recarga cada 50 kilómetros en las zonas rurales y varios miles en los centros urbanos. (Bogotá ya tiene 400 puntos de recarga). El objetivo de los incentivos es que en 2035 todos los nuevos medios de transporte funcionen con energías limpias.

Colombia cerró el 2019 con 15,4 millones de vehículos, de los cuales cerca del 60 % son motocicletas, sector que crece cerca del 11 % anual. Si se aspira a tener una Colombia limpia en el 2035, uno de los primeros pasos a dar es la electrificación total de las motos en Colombia en los próximos 15 años. Hoy en día el costo de las motos eléctricas, según revistas especializadas, está solo del 15 al 20 % por encima de aquellas de combustión interna; en pocos años serán más baratas. Por lo tanto, en este sector de las motocicletas las políticas de incentivos pueden ser efectivas aun a corto plazo, tema que trataremos en el próximo artículo, al igual que las interrogantes del almacenaje de energía solar.

 

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