Hágale pues

Iván Mejía Álvarez
05 de agosto de 2018 - 03:00 a. m.

En escasos cuatro días de trabajo el nuevo presidente de la Dimayor ha hecho y dicho cosas buenas y cosas malas. Como buen político, Jorge Enrique Vélez ha usado el lenguaje de las promesas para intentar aclarar lo que será su mandato.

La oposición porque sí, sistemática y sin argumentos, es absolutamente ridícula. No conlleva a nada más que al desgobierno y todas sus derivaciones de pérdida de credibilidad y ausencia de poder, que generan otro tipo de vicios, como el amiguismo, la arrogancia en las decisiones y la ausencia de rumbo, como sucedía con Jorge Perdomo.

Vélez debe saber que no es muy difícil ser presidente de la Dimayor, no es el cargo de ingeniero de la NASA. Es, sencillamente, una ecuación que debe plantear algunas cosas. Lo primero a conjugar es ser ecuánime. Esto implica gobernar para todos. Si le da dinero a un equipo, le tiene que dar dinero a los otros 35. Lo que hacía su antecesor, que repartía a dedo y por favoritismo de sus lambones de turno, los Guzmán y Patarroyos, a los que les adelantó hasta cinco meses para no perder la investidura, no puede suceder más. Sería recomendable que Vélez se librara de la molestia que significa la presencia de César Guzmán queriendo cogobernar desde las ocho de la mañana.

Vélez debe aplicar otro verbo para salir adelante: apaciguar. En primera instancia, reestablecer las relaciones con la Difútbol, que quedaron rotas tras el nefasto paso de Perdomo. Las dos entidades se necesitan, hacen parte del trípode de la Federación, y son complementarias. Y el otro tema es bajarle revoluciones al afán de protagonismo de algunos dirigentes que actúan en solitario y se creen dueños del poder de negociar por cuenta de la Dimayor. Lo que hace Mejía, el presidente del Cali, hablando a nombre propio y sin designación de la Asamblea en el tema de televisión, no puede seguir ocurriendo. Hay que recoger las cartas, barajar de nuevo y poner a cada quien en su puesto. ¿Qué tal 36 negociadores, todos con el mismo derecho? Eso no funciona.

Será muy difícil unir lo que se encuentra quebrado. El estilo de Perdomo fomentó la lucha de clases y poderes, y para que la Dimayor vuelva a funcionar como ente se requiere una mano sólida que gane por convicción y no por prebendas y favores en la búsqueda de votos.

A Jorge Enrique Vélez hay que desearle suerte y mano clara para arreglar ese “circo” que es hoy por hoy el fútbol profesional colombiano.

 

 

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