Rabo de paja

Hombres de bien versus hombres de mal

Esteban Carlos Mejía
23 de febrero de 2019 - 05:00 a. m.

Hace poco el ministro de Defensa, Guillermo Botero, habló de una cosa que aún no acabo de comprender. Dijo algo así como que sólo los hombres de bien podrán portar armas de fuego, en excepción al monopolio estatal del uso de la fuerza. Aparte de la misoginia implícita, la noción “hombres de bien” me parece tan ponzoñosa como una culebrita rabo de ají. Veamos.

¿Qué se necesita para ser un hombre de bien? ¿Ser católico, apostólico y romano? ¿Anticomunista? ¿Leguleyo? ¿Estar tapado de plata? ¿Ser macho heterosexual multiorgásmico? ¿Enemigo de la corrupción ajena y amigo de la propia? ¿Informante de la seguridad democrática? Si hay hombres de bien debe haber hombres de mal, supongo. ¿Qué son? ¿Ateos, agnósticos, masones, incrédulos? ¿Pobretones? ¿Proletarios de salario mínimo? ¿Maricones o cacorrines? ¿Ácratas o anarquistas? ¿Vagos sin estudios? ¿Mamertos o castrochavistas? Es complicado, como ciertas relaciones en Facebook.

Por ejemplo, ¿los soldados del Ejército colombiano que el 23 de febrero de 1963, hoy hace precisamente 56 años, mataron a 12 personas e hirieron a otras 39 en Santa Bárbara, Antioquia, eran hombres de bien u hombres de mal? En su mayoría, los muertos eran obreros de la fábrica de Cementos El Cairo que estaban en huelga. ¿Un huelguista es un hombre de bien o de mal? ¿Los patronos, qué?

Los troperos del general Carlos Cortés Vargas que en la madrugada del 6 de diciembre de 1928 dispararon en Ciénaga, Magdalena, contra una multitud desarmada de hombres, mujeres y niños, casi todos trabajadores de la United Fruit Company, ¿eran de bien o de mal?

El piquete del Batallón Colombia, recién desembarcado de la guerra de Corea, que el 8 y el 9 de junio de 1954 mató en las calles del centro de Bogotá al líder estudiantil Uriel Gutiérrez y a 12 personas más, ¿tenía hombres de bien u hombres de mal? ¿El teniente general Gustavo Rojas Pinilla, comandante en jefe, era hombre de mal? ¿Su Excelencia Laureano Gómez Castro, alias el Monstruo, era hombre de bien?

¿Y los guerrilleros de las Farc que el 2 de mayo de 2002 mataron con una pipeta de gas a 74 civiles inermes, hombres, mujeres y niños, en el interior de la iglesia de Bojayá, Chocó, ¿eran hombres de bien u hombres de mal? El conflicto armado, inexistente según el nuevo capataz del Centro Nacional de Memoria Histórica, ¿los volvió así? ¿O eran buenos y malos desde chiquitos?

La historia de Colombia está llena de episodios con hombres de bien y hombres de mal. La toma y retoma del Palacio de Justicia, el 6 de noviembre de 1985, en Bogotá: 98 muertos y 11 desaparecidos. Los llamados “falsos positivos”: ¿hombres de bien que mataron a mansalva y sobre seguro a centenares de hombres de mal? Etcétera, etcétera, etcétera.

Ahora caigo en la cuenta: no se necesita plastilina para entender al ministro. Los hombres de bien son los buenos. Los hombres de mal son los malos. ¿Quién define a quién? Fácil: los buenos. ¿Y quiénes son los buenos? Los hombres ricos, católicos, homofóbicos, anticomunistas. ¿Y los malos? Pues los hombres pobres, ateos, homosexuales, antifascistas. ¿Y las mujeres? Ah, no, con las damas no se meta, escribidor de albañal. Ellas, todas, son hombres de bien, a menos que sean putas, en cuyo caso, obvio, son hombres de mal. ¿Entiendes Méndez o te explico Federico?

Rabito: “Ironía: expresión que da a entender algo contrario o diferente de lo que se dice, generalmente como burla disimulada”. Real Academia de la Lengua, RAE.

@EstebanCarlosM

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