Inmigrantes en Europa: admirados y rechazados

Beatriz Miranda
10 de julio de 2018 - 03:00 a. m.

El desplazamiento actual es histórico. Según la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), aproximadamente 65,6 millones de personas fueron forzadas a abandonar sus países de origen.

En 2017, más de 150.000 personas llegaron a Europa por mar. En esta travesía por el Mediterráneo, 3.000 murieron. Además, más de 10 millones son apátridas, se les han negado la nacionalidad y los derechos humanos.

Pareciera que Estados Unidos y Europa, por medio de políticas populistas xenófobas, están dispuestos a mantener a los inmigrantes cada vez más lejos. No obstante, la canciller alemana, Ángela Merkel, afirmó que el futuro de la Unión Europea dependerá de respuestas a la inmigración y del Estado de derecho, “qué deberían guiarse por los valores, enraizando el multilateralismo en lugar del unilateralismo”.

En el Mundial de Rusia 2018, en el cual participaron 32 selecciones, las latinoamericanas fueron eliminadas y las cuatro semifinalistas son europeas: Bélgica, Croacia, Francia e Inglaterra, tres de ellas clasificadas gracias a goles de hijos de inmigrantes.

El encantamiento de la selección francesa, país en donde más del 70 % de la población rechaza a los inmigrantes, se debe a varios jugadores de origen extranjero. Diez provienen del continente africano. Los dribbles de Mbappé vienen de lejos; su papá es camerunés y su mamá argelina. Paul Pogba tiene nacionalidad francesa y guineana.

(Le puede interesar: Con Trump, los niños también lloran)

Mbappé y sus compañeros han llevado a Francia a soñar con la victoria en 2018. Mientras tanto, el presidente Emmanuel Macron ha aprobado leyes de inmigración cada vez más severas. Un escenario muy distinto a los aplausos y a la confraternización en los estadios.

En la Inglaterra del Brexit, que puso a prueba la unidad de Europa y que expulsará a millones de inmigrantes en los próximos años, fue donde nació el fútbol. Actualmente tiene nada menos que 11 jugadores de origen extranjero: africanos y caribeños, que llevaron a la monárquica británica a soñar con el título mundial, irónicamente con una selección bastante africanizada.

El goleador de la selección belga es Romelu Lukaku, cuya familia proviene del Congo. Maourane Fellaini y Nacer Chadli, dos jugadores fundamentales para la clasificación de Bélgica, son hijos de inmigrantes marroquíes.

Diez de los 14 goles realizados por la selección de Bélgica fueron de jugadores cuyas historias empezaron en el Congo, Kosovo, Malí, Marruecos y Martinica, cuando sus papás dejaron sus países de origen. Bélgica es uno de los países más resistentes a la entrada de inmigrantes. Mientras Alemania recibió en 2017 a más de 250.000 refugiados, Bélgica, cuya selección brilla por la genialidad de los hijos de inmigrantes, recibió aproximadamente 13.000.

El año pasado, Charles Michel, primer ministro de Bélgica, devolvió inmigrantes sudaneses ilegales, aunque sabía que corrían el riesgo de ser torturados o muertos por persecución o ausencia de derechos humanos.

Cerca del final del Mundial de Rusia 2018, cuando el balón en el pie de los inmigrantes deje de ser mágico, el mundo volverá a una trágica realidad: barcos repletos de inmigrantes que nadie quiere recibir y niños separados de sus familias.

* Profesora U. Externado.

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar