Inocentes pecadores

Suena a ‘inocentada’ pero no lo es. Colombia se medirá a una selección de Cataluña, el día 28 de diciembre en el Camp Nou de Barcelona, en un juego donde no hay nada que disputar, nada que ganar, mucho que perder y que no deja nada diferente a dólares para la Federación y donde queda la sospecha de un empresario vivillo metido en la mitad con la complacencia de los directivos de la Federación.

Por donde se le mire, ese partido es un atropello a la razón y a la seriedad y parecería más propio de las nefastas y terribles épocas de los incompetentes Fina y Astudillo que de la actual administración que ha hecho gala, hasta ahora, de sindéresis en sus movimientos y actuaciones.

Los jugadores del torneo colombiano están fuera de ritmo, han terminado su labor muchos días antes, excepto los que juegan la final, y los que viven en Europa en mitad de torneo, en pleno invierno, irán a marchas forzadas, pues todavía tienen camino por delante.

Al propio Lara le han puesto contra la pared en la búsqueda de una nómina que pueda jugar y que tenga los papeles al día, porque ese es el otro tema, a partir de ahora vienen las bajas por ausencia de visas, las deserciones por diferentes motivos y terminarán viajando algunos que en su vida habían pensado ponerse la camiseta nacional.

De la nómina escogida por el técnico para este “bolito” sobresale la convocatoria de Vladimir Marín, quien puede en el futuro convertirse en una interesante alternativa para la banda izquierda. Terminó hace diez días su torneo y está totalmente fuera de ritmo. La oportunidad que le brinda a Víctor Hugo Montaño, un delantero con potencia y gol, quien viene haciendo bien las cosas en el Montpellier y a quien acercan en su mejor momento europeo.

En fin, cuando se creía que esos partiditos de media petaca ya eran cosa del pasado, resucitan de la mano de este Comité Ejecutivo que había prometido evitar ese tipo de  compromisos con olores rancios. ¿Quién será el empresario, quién será el ‘compadrito’ de la película? Por eso al principio se decía que de ‘inocentada’ pocón, pocón, es a conciencia y sobreaviso.

Motivo vacaciones, para ustedes y para nosotros, esta columna dejará de aparecer durante unos días. Un feliz año, lleno de ventura, salud y amor para los queridos lectores y muchas gracias por su paciencia.