El primero de los miembros de la Alcaldía de Bogotá en dar ejemplo de abandonar el cargo cuando no corresponde fue un obscuro funcionario que en marzo, justo antes del inicio de la cuarentena decretada por la propia Alcaldía, se fue de vacaciones a Argentina. Nicolás Estupiñán, secretario de Movilidad de Bogotá, viajó el 17 de marzo, con tan mala fortuna que, además de la cuarentena, se decretó el cierre de las fronteras y del aeropuerto El Dorado, por lo que el burócrata no pudo regresar a ejercer funciones y debió reemplazarlo Jhony Velásquez, subsecretario de la entidad.
Quizás más grave todavía es el ejemplo que en días recientes dio la alcaldesa Claudia López al irse de vacaciones a Costa Rica. Grave no sólo por ser la primera al mando de la ciudad, grave no sólo porque está comenzando el segundo pico del coronavirus en Bogotá y en Colombia, sino porque desde que comenzó la pandemia se ha visto a la alcaldesa llamar por todos los medios a la responsabilidad y al autocuidado, a evitar aglomeraciones y a guardar la distancia social, así como a obviar toda salida que no sea estrictamente necesaria y a hacerlo sin acompañantes. Además de la cuarentena voluntaria que pidió para los ciudadanos que vuelvan a la capital.
Es verdad que no es la primera vez que se ve a la alcaldesa transgrediendo sus propias recomendaciones —salió con su pareja al supermercado cuando apenas comenzaba la cuarentena, organizó en diciembre un evento en Ciudad Bolívar para encender las luces de Navidad, etcétera—, pero quizás nadie se esperó que, tras el incremento alarmante de infectados en los últimos tiempos y los más recientes llamados que había hecho a toda la ciudadanía, apenas unos días después de sus discursos y proclamas tomara un vuelo para irse de vacaciones fuera del país.
Todas las personas —funcionarios incluidos, claro— tienen derecho al descanso. ¿Pero era necesario tomar las vacaciones fuera de Colombia cuando ella misma ha clamado por la necesidad de cerrar el aeropuerto, cuando ella misma ha solicitado que se exija prueba contra el virus a la llegada al país?
Desde hace muchos años hemos visto a la Claudia López senadora irse lanza en ristre contra políticos de todas las filiaciones políticas; la hemos visto hacer las denuncias más valientes contra quienes obraban en contra de la justicia y de las leyes; la hemos visto criticar la hipocresía y la incoherencia de tantos congresistas y funcionarios que dicen trabajar por el país; la hemos visto criticarles su deshonestidad y su inconsecuencia; la hemos visto proponerse como faro moral del país, enarbolando la bandera de la probidad; la hemos visto luchar contra todas las formas de la corrupción y organizar una consulta anticorrupción que sacó a votar a más de once millones de ciudadanos. Desconcierta ver, entonces, que ahora procede de muy otro modo, que se asemeja al de todos esos políticos al uso que ella tanto criticaba.
El secretario de Movilidad aún ocupa su cargo, pese a haber estado ausente de la ciudad durante siete semanas por causa del cierre de las fronteras. Apenas esgrimió una excusa tímida en Twitter en la que decía que (en aquel entonces) la cuarentena preventiva sólo era obligatoria para viajes a la China, España, Francia o Italia. La alcaldesa apresuró su regreso, pero no hemos oído de ella ni una queja ni un lamento por esa falta de autocuidado, por su inconsecuencia y por su transgresión a las normas por ella propuestas.