A jugar

Iván Mejía Álvarez
11 de junio de 2018 - 12:47 p. m.

La competición genera incertidumbre, ansiedad, nervios, eso que Higuita llamaba un “tensionadito bacano”. Y Rusia ya está acá, a la vuelta de la esquina, dispuesta a certificar el momento de los mejores equipos del mundo, lista para entregar sus conclusiones sobre el fútbol que se está jugando, sobre la implementación del VAR en el intento de la FIFA de dotar a la competición de parámetros más justos donde no prime tanto el error humano del juez.

Colombia es una incógnita, capaz de lo mejor, como el segundo tiempo ante Francia y Australia, y también capaz de lo peor, como los primeros tiempos ante esos rivales y en general el juego ante Egipto, que resultó insípido y gris, dejando preocupaciones que son llamados de atención antes del arranque, pero que no pueden existir a la hora de saltar a la cancha ante Japón.

Repetir la actuación de Brasil sería todo un éxito. Colombia debe pasar la primera ronda porque tiene fútbol para superar a los tres rivales del grupo. Por más que a Polonia la incluyan en el escalafón FIFA entre las 10 primeras selecciones del mundo, no tiene ropita para ese lugar. Es un equipo vulnerable, al que se debe atacar con el uso de la pelota, administrándole el ritmo y quitándole la posesión. Es uno de esos clásicos equipos que se arma a través de la recuperación de la bola y juega en rápidas transiciones defensa-ataque.

Los malos resultados de Japón y Senegal en su fase de preparación no pueden llevar a la selección nacional a creer que se les va a ganar de cuento, con la sola camiseta. Tampoco deben llevar al cuerpo técnico a montar operativos defensivos por temor. Son rivales a los que se les debe ganar, pero para eso es necesario estar atentos, concentrados y vigilantes en hacer bien la tarea en las dos áreas.

Pasar la primera ronda es una obligación. De no hacerlo, el Mundial sería un absoluto fracaso para la selección nacional, que quede bien claro. A partir de allí, elevando el nivel de la competición, esperan Bélgica o Inglaterra, y ese es otro cuento, otro cantar, donde se requiere juego, fútbol, categoría. Y esta selección a nivel individual ha demostrado tener los elementos para jugar bien. Los futbolistas son buenos, se espera que el plan táctico y el manejo en campo del cuerpo técnico también sean acertados. En Brasil, el manejo de Pékerman fue impecable.

Estamos llenos de ilusiones, pero con los pies en la tierra. Cuidado con el triunfalismo y con sentirse campeones. Es mejor ir paso a paso. Venga, que ruede la pelota.

 

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