Esto es lo bueno que se puede decir de la pandemia: que le ha mostrado al mundo cómo se hace la ciencia y por qué la ciencia es el único camino.
Pero Colombia y sus dirigentes no han aprendido nada ni han entendido nada. Aquí la ciencia es un oficio marginal, una mentira que meten los políticos, una herramienta que no usan los empresarios y un remedo que promueven las mal llamadas políticas para el avance de la ciencia.