La decana de Facebook

Alberto Donadio
11 de junio de 2020 - 02:00 a. m.

Muy aplaudida fue la gestión de Catalina Botero como relatora para la libertad de expresión de la OEA. Se convirtió en vocera de los periodistas perseguidos de las Américas y especialmente del Ecuador, donde el régimen arbitrario de Rafael Correa amordazó a reporteros y caricaturistas, llegando al extremo de imponer una multa de 40 millones de dólares a un crítico del gobierno. Ahora, como decana de derecho en la Universidad de los Andes, Botero ingresa a una comisión asesora de Facebook para contenidos. ¿Es decoroso que asesore a una empresa comercial la decana de la universidad privada más reputada del país?

Botero cae mal parada en esta voltereta. Primero se enfrentó a un gobernante autoritario, en defensa de los principios. Ahora se pone al servicio de un monopolio, para lavarle la fachada. Estando casada con la libertad de prensa contrae un matrimonio bígamo con el enemigo número uno de la prensa mundial. Los 70.000 millones de dólares que el año pasado recaudó Facebook por publicidad es un monto que ya no reciben los diarios.

Es impresentable que una decana de derecho asesore a una compañía incursa en actividades ilícitas. El fiscal Robert Mueller demostró la interferencia de Rusia en las elecciones presidenciales de 2016, conducta prohibida por las leyes de los Estados Unidos. Esa interferencia se materializó por medio de cuentas de Facebook, que recibió pagos de una entidad controlada por un allegado a Vladimir Putin. La propaganda engañosa del Kremlin llegó a 126 millones de usuarios de Facebook.

Casi ningún periódico del mundo publicaría este aviso: “Mark Zuckerberg es un perro y un gusano, córtenle el cuello al hijo de perra, que se lo coman los cerdos, no debe quedar vivo”. En Facebook sí aparecieron esas frases contra la minoría musulmana de Myanmar, víctima de un genocidio. Goebbels no empleó un lenguaje tan aborrecible como el tolerado por Facebook contra 700.000 personas que tuvieron que huir de su país.

Facebook no va a cambiar. Cualquier control de contenido es imposible cuando cada día hay 500.000 nuevos usuarios. Facundo Cabral decía que les tenía miedo a los idiotas porque son muchos. Zuckerberg reconoció el potencial económico de ese gremio y les entregó la dirección de un medio de comunicación propio (también llamado cuenta de Facebook) a los idiotas y estúpidos y a los partidarios de la crueldad, el odio, el racismo, la ignorancia, la barbarie y la xenofobia.

Facebook son miles de millones de tabloides amarillistas al alcance de cualquier teclado. Ese modelo de cloaca ya estaba inventado. Zuckerberg lo potenció al ciberespacio.

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar