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La diáspora colombiana construyendo paz

Elisabeth Ungar Bleier
11 de marzo de 2021 - 03:00 a. m.

Son incontables los colombianos que aún estando fuera del país trabajan por la paz, la equidad y el respeto de los derechos humanos en Colombia y América Latina. Una de ellas es Yesenia Olaya Requene, investigadora afrocolombiana originaria de Tumaco, Nariño. Por inspiración de su madre —maestra afrocolombiana, etnoeducadora del Pacífico surcolombiano—, Yesenia ha recorrido los territorios afrocolombianos, investigando cómo el racismo estructural impacta negativamente el acceso a la educación de los jóvenes e infantes afrocolombianos. Para ella, el racismo es un sistema histórico de prejuicios ideológicos y culturales que, a partir de considerar “inferiores” y “atrasados” a los territorios y comunidades afrocolombianos, los separa del resto de la sociedad nacional y con ello busca justificar las condiciones de extrema pobreza y marginalidad en que viven estas comunidades.

Su experiencia de vida, al crecer en un territorio afectado por el conflicto armado colombiano, la ha motivado a investigar la relación entre este y el racismo estructural. Para ella, la violencia desproporcionada en los territorios negros, especialmente el desplazamiento forzado y el despojo de tierras, está profundamente relacionada con el racismo contra los grupos étnicos. “Al analizar la situación de pobreza que se vive en el Pacífico surcolombiano, comprendí que el racismo no solo busca menospreciar y excluir a las personas negras por su condición étnica-racial, sino que también construye un imaginario de que la vida de estas personas no importa. El racismo ha generado una negación de las afectaciones diferenciales del conflicto armado a los pueblos negros, lo que obstaculiza que buena parte de la sociedad nacional comprenda los procesos de resistencia y las grandes apuestas por la construcción de paz en los territorios afrocolombianos”.

Actualmente es la coordinadora académica del Certificado en Estudios Afrolatinoamericanos, organizado por el Afro-Latin American Research Institute de la Universidad de Harvard (ALARI). Se trata, en sus palabras, “de una iniciativa pedagógica, transnacional y antirracista, que intenta democratizar los contenidos académicos y hacer accesibles instituciones como Harvard a las personas interesadas en los estudios afrolatinoamericanos”.

En las primeras dos cohortes (2019 y 2020) participaron 356 personas de la mayoría de los países de América Latina. Más de la mitad se definen como afrodescendientes y dos tercios como mujeres. El perfil incluye estudiantes, activistas, funcionarios públicos, representantes de organizaciones no gubernamentales y docentes. Desde disciplinas, experiencias y trayectorias diversas, los participantes estudian el origen y la evolución de las desigualdades raciales y cómo combatir prácticas e ideologías racistas, saberes y preocupaciones tejidas desde ámbitos de acción muy diferentes. “Hemos identificado y aprendido juntos sobre las manifestaciones del racismo cotidiano y estructural en América Latina y en Colombia, y estamos diseñando apuestas pedagógicas y políticas que permitan erradicar esos racismos para construir una sociedad más justa y equitativa”. En palabras del director del ALARI, Alejandro de la Fuente, “si algo define esta iniciativa es la polifonía, cuánto hemos aprendido juntos”.

(Contacto: Ángela Yesenia Olaya Requene, certificado_alari@fas.harvard.edu).

 

Clara(20526)11 de marzo de 2021 - 11:57 p. m.
Creo que los mestizos que nos consideramos de raza blanca también deberíamos aprender sobre..."las afectaciones diferenciales del conflicto armado a los pueblos negros, lo que obstaculiza que buena parte de la sociedad nacional comprenda los procesos de resistencia y las grandes apuestas por la construcción de paz en los territorios afrocolombianos”. como dice Yesenia
Alberto(3788)11 de marzo de 2021 - 06:28 p. m.
Muy interesante y acertada, gracias por la reseña.
Jose(46118)11 de marzo de 2021 - 04:19 p. m.
Ablando de Comunidades Afrocolombianos. Los Tumaqueños se creen de mejores familias que los de Buenaventura y del Resto de Nariño. Ellos consideran a Tumaco como otro Departamento de Colombia.
luis(89686)11 de marzo de 2021 - 03:26 p. m.
La Madre España trajo la única religión verdadera (la Católica de la Contrarreforma) y el mejor idioma del mundo (el Castellano). Pero su cultura dejó un pueblo bruto, pobre y ratero ( de robar). Debemos superar el infortunio con educación de calidad.
Atenas(06773)11 de marzo de 2021 - 02:25 p. m.
Admirable esfuerzo ante innegable realidad, el racismo y la segregación. Y desde la Conquista misma a las negritudes se les consideró seres sin alma-Montesquieu así lo expuso como irracionales-, traídos a destajo pa paliar ciertas formas de incipiente consideración con nuestros aborígenes, y poco ha cambiado tal sensación.
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