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La fumigación con glifosato

Hernán González Rodríguez
21 de agosto de 2020 - 05:00 a. m.

Algunos de los artículos sobre los dos primeros años de gobierno del presidente Iván Duque resaltan la indecisión como una de las principales características de su mandato y mencionan como ejemplo de su indecisión su ineficaz lucha contra los cultivos ilícitos sin autorizar las fumigaciones aéreas con glifosato.

Su gobierno sí ha intentado iniciar tales aspersiones, pero la Corte Constitucional exigió una serie de requisitos específicos para reanudarlas y el Gobierno aún no los ha cumplido. Con razones más políticas que científicas, sostiene esta sombría Corte que el glifosato es perjudicial para la salud y nocivo contra el medio ambiente.

Herbin Hoyos Medina, en un excelente programa que referencio al final, hablando sobre la corrupción del Poder Judicial, mencionaba que funcionarios de la talla de congresistas pagan entre $800 millones y $1.000 millones para que les “engaveten” los procesos judiciales en contra de la permanencia en sus curules.

Y continuó Hoyos Medina: “Un funcionario que integraba el equipo encargado por el Gobierno para aprobar las fumigaciones con glifosato me llamó algún día para que nos reuniéramos. Tras exigirle fotocopia de su cédula nos reunimos y él me dijo: Herbin, lo he contactado a usted, porque estoy alarmado con la corrupción de nuestra justicia. En días pasados nos exigieron $20.000 millones para aprobar la aspersión con glifosato, y nos advirtieron: Si ustedes no los entregan, pues contactaremos a los del no, a los que se oponen, y les exigiremos los mismos $20.000 millones para prohibir dichas fumigaciones”. Este comentario se puede escuchar en el minuto 45 del Informativo G24, mencionado al final.

No se puede soslayar que la erradicación a machete es una actividad, ordenada por el Gobierno, contra los derechos humanos de los infortunados soldados erradicadores, porque se exponen a perder su vida o a quedar lisiados durante el resto de sus días, por culpa de una mina quiebrapatas.

Recordemos que las Farc se comprometieron en el Acuerdo de La Habana a colaborar en la erradicación de los cultivos, pero, en lugar de hacerlo, están reuniendo y armando a los campesinos para oponerse a los soldados. Porque están asesinando a los cultivadores que acepten la sustitución voluntaria de sus siembras de coca, con el fin de amedrentar a los vecinos cultivadores que autoricen sustituir las suyas. De estos asesinatos de “falsos líderes sociales” inculpan, finalmente, al Gobierno.

Estiman algunos expertos que a Colombia ingresan hoy cerca de $20 billones por año provenientes de las exportaciones de la coca, esto es, el 2% del PIB. Para facilitar los cálculos, asumo una tasa de cambio de COP$4.000/dólar, con la cual estaríamos exportando coca por US$5.000 millones por año. Las importaciones totales de Colombia sumaron en 2019 US$52.700 millones. ¿Cuánto de esta suma ingresó como importaciones subfacturadas, de contrabando o como remesas? Difícil saberlo. Pero sí creo lógico concluir que la erradicación de los cultivos no le dejaría de aportar más del 10% por año a nuestras importaciones, porcentaje este poco significativo como para no erradicar con glifosato.

Referencia.

Digitar por Google: Informativo – G24 -YouTube. Herbin Hoyos Medina y Andrés Úsuga. Fecha: 6 de agosto pasado. Directora: Sandra Valencia. Escuchar a los 45 minutos en la segunda parte del extenso video la exigencia de los $20.000 millones. ¿Y para quiénes los exigen?

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