La guerra en el Cauca

Columnista invitado
05 de noviembre de 2019 - 03:44 p. m.

La nueva masacre en Tacueyo hizo que la grave situación del Cauca esté en la primera plana de la agenda nacional, pero esta situación no es nueva, la  guerra en el departamento del Cauca ha venido en un crecimiento exponencial hace más de un año, el aumento de los combates entre los múltiples grupos armados ilegales, la presencia de emisarios del Cartel de Sinaloa, el asesinato de líderes sociales,  el uso de minas antipersonales, los cultivos de coca y marihuana, las rutas de salida nacionales e internacionales de la droga, el asesinato  y amenazas a candidatos a los concejos  asamblea y  alcaldías, y el regreso de las extorsiones y el control territorial, convierten al Cauca en una de las regiones más convulsionadas del país.

Para entender cuáles son las razones para que el departamento esté en una guerra de este nivel y quiénes son los que se disputan a sangre y fuego la región es necesario revisar cuatro factores.

Primero: el Cauca tiene en su territorio los tres primeros eslabones de la cadena logística de las drogas ilícitas; cultivos, procesamiento y tráfico. En cuanto a los  cultivos de hoja de coca  el último informe del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (SIMCI), dice que el departamento  esta sobre las 17.117 hectáreas, con un crecimiento del 7% en comparación con el año anterior, los laboratorios de procesamiento de hoja de coca cada vez producen a mayor tonelaje y junto a estos esta una de las rutas más importantes de salida de droga que se conoce como el “arco del pacifico”, ruta que comienza en la  costa pacífica caucana,( también se da en la nariñense) de donde salen vía marítima rumbo a las costas ecuatorianas, las islas Galápagos y de allí  se abren en el océano pacifico en forma de arco hasta llegar a las costas mexicanas para finalmente tomar rumbo a los Estados Unidos.

El principal comprador por la costa pacífica caucana es el Cartel de Sinaloa, cartel que en Colombia hoy hace presencia con emisarios, encargados de verificar la cantidad y la pureza de la droga en los laboratorios, no tienen una presencia física masiva, pero si ejercen poder a partir de la cantidad de estructuras armadas de colombianos que manejan en el territorio. Sumado a lo anterior desde el Cauca también se maneja una ruta interna de droga, que va por la vía panamericana rumbo a Cali, Bogotá Medellín y la costa atlántica, ciudades donde se distribuye la mayor parte de marihuana y bazuco que se produce en el departamento.

Segundo: al igual que en los demás territorios donde el conflicto se intensifico se presentó el fenómeno del espacio de vacío de poder, quiere decir, salieron las Farc y el espacio no fue ocupado por el Estado, razón por la cual llegaron diversos grupos armados ilegales a ocuparlo. Tercero Los principales grupos armados que se disputan el Cauca hoy son; disidencias del frente sexto de las Farc, Columna Móvil Dagoberto Ramos, ELN, Frente Libardo Mora Toro (Los Pelusos) y Clan del Golfo. Cuarto: Los principales mercados ilegales que se disputan son dos; narcotráfico que como se menciono va desde el control de los cultivos, los laboratorios y las rutas de salida nacional e internacional, y  la minería ilegal.

Ahora bien, el crecimiento de estas estructuras armadas también tiene tres factores histórico. Por un lado,  el departamento del Cauca ha sufrido de un abandono estatal estructural, una región con altos indicadores de pobreza, sin un desarrollo de infraestructura importante, sin ningún tipo de desarrollo comercial de su costa pacífica, con problemas de salud, educación e interconexión.

Además, es un departamento que ha sufrido por el uso y la posesión de la tierra, desde indígenas, colonos, campesinos y afros, han quedado enfrascados en una difícil lucha contra terratenientes que se apoderaron de las tierras de forma violenta, y donde también guerrillas y paramilitares robaron tierras y se las repartieron a su antojo, hecho que derivó en un desplazamiento masivo. A eso se suma un efecto globo entre la fuerza pública y los grupos armados, donde las Fuerzas Militares tras cada mascare como en esta ocasión llegan con un número importante de tropa mueven a los grupos ilegales y estos solo cambian de lugar , apenas los militares se retiran estos llegan a ocupar los mismos territorios, en un círculo vicioso histórico.

Pese a las diversas alertas tempranas que emitió la Defensoría del Pueblo, pese a que el año pasado tuvimos una masacre con 7 muertos y pese a que desde hace mas de un año se alerto de la presencia de emisarios del Cartel de Sinaloa, no sucedió nada, tuvimos que tener una nueva masacre para que por fin se diera una respuesta mediática del gobierno, esperamos no solo sea un respuesta coyuntural y de fuerza pública, sino que la inversión y desarrollo llegue al Cauca, una región que nunca conoció la paz.

 

Nestor Rosanía

Director del Centro de Estudios en Seguridad y Paz

 

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