La imagen del Estado por la de Jesús

Catalina Uribe Rincón
16 de noviembre de 2017 - 02:00 p. m.

El condado de Yugan es conocido por ser uno de los más pobres de China y, a la vez, por tener una de las comunidades cristianas más grandes. Recientemente el Gobierno optó por una de las estrategias de comunicación más antiguas y efectivas: exigir a sus habitantes que quiten las imágenes de Jesús, los cristos o cualquier iconografía relacionada con la religiónosa, y a cambio pongan una imagen de Xi Jinping, el presidente chino. Funcionarios han ido casa por casa promoviendo las políticas estatales contra la pobreza e incentivando el trueque de imágenes.

La estrategia de poner imágenes del presidente en las casas se ha expandido por toda China, convirtiendo a Xi en uno de los dirigentes más fuertes desde Mao. El objetivo, además de enaltecer al líder, es que los ciudadanos crean en el partido más que en la religión. Se trata también de promover una imagen común del Estado benefactor. Cada vez que los ciudadanos piensen en el Estado no sólo tendrán la imagen del “tío Xi”, como lo han llamado algunos, sino que se sentirán protegidos por esa comunidad de la que hacen parte.

Sin duda, uno de los problemas del Estado moderno es su degradación. El caso colombiano es dramático: o el Estado se asocia con la irrelevante idea de un edificio, quizá una notaría, o se odia y se desprecia, bien sea por su ineficiencia, su corrupción o su fealdad. También están los aventajados que quieren aparecer en la revista Forbes a punta de demandar al Estado. En cualquier caso, inocuo, despreciado o violentado, el Estado es para los colombianos un algo otro, difuso y que, sobre todo, no es de nosotros.

Esta distancia da pie a que líderes totalitarios utilicen su propio ícono para yuxtaponer su imagen con la del Estado. Al final del día, lo que está vacío invita a que se llene. Las imágenes son efectivas y poderosas. Se guardan en la memoria, y dan sosiego al pensamiento. No en vano la Iglesia católica se saltó la necesidad de explicar que dios es tres y uno, y resolvió el problema pintando Jesuses y palomas. Las ideas imposibles no pueden ser explicadas, pero sí mostradas. El Estado no es una idea imposible, pero sí es una idea compleja. ¿Cómo logramos crear una imagen de nuestro Estado antes de que nos toque un Xi Jinping con delirios desmedidos de grandeza?

 

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