La lectura: cura para el alma

Dolly Montoya Castaño
27 de abril de 2019 - 05:00 a. m.

A finales del siglo XVIII Antonio Nariño se valió de la tecnificada capacidad que le significó el haber importado de Europa su propia imprenta para difundir la “Declaración Universal de los Derechos del Hombre” que, además, el mismo intelectual tradujo del francés. Esta publicación, que significó la prisión para Nariño, se constituyó en uno de los hechos que impulsaron el proceso independentista, que finalizó el 7 de agosto de 1819 en la Batalla de Boyacá.

Así es como en este año 2019 celebramos el bicentenario de nuestra independencia y razón por la que Colombia es el país invitado a la 32° Feria Internacional del Libro de Bogotá. Como todos los años, desde la primera edición en 1988 la Universidad Nacional de Colombia, el proyecto cultural de la nación más exitoso desde la independencia, se enorgullece en participar nuevamente.

En esta FILBo 2019 presentaremos al país 147 novedades editoriales, 438 títulos y más de 5000 ejemplares. Libros que son parte del trabajo de nuestra comunidad académica y de la experiencia editorial y científica de más de 151 años de quehacer universitario. En esta rica y diversa producción editorial se expresan nuestras funciones misionales de docencia, extensión e investigación para dar respuesta a los más diversos problemas y preguntas de la sociedad.

Alrededor de esa amplia oferta bibliográfica la Universidad realizará cerca de un centenar de actividades académicas y culturales como lanzamientos, debates, charlas, presentaciones musicales, programas de UN Radio en vivo, tienda universitaria y nuestra permanente información sobre oferta académica. Por 13 días (de 24 de abril al 6 de mayo) la FILBo se convertirá en una sede más la Universidad Nacional, la universidad de todos los colombianos.

En la Universidad Nacional sabemos que la función editorial de calidad es una prioridad para tener una academia saludable, conectada con la sociedad y con la ciencia en el mundo. Nuestra Editorial es una gran responsabilidad para nuestra Institución y de esta con el sistema universitario y el país. Además de garantizar la calidad en toda la producción bibliográfica de la Universidad, la editorial tiene el deber de que el conocimiento que se produce en la Institución llegue al público adecuadamente. Así, que nuestros esfuerzos y proyectos desde la Editorial se renuevan permanentemente, al pensar en nuevos formatos, nuevos lenguajes y nuevos canales para llegar efectivamente a nuestros lectores. Adicionalmente, el proyecto de internacionalización de la producción editorial de la Universidad es un paso inaplazable para que la investigación y la academia se potencien y fortalezcan. Nuestro saber es de todos y para todos.

Sin embargo, toda esa experiencia y todo ese conocimiento producido en las universidades se desdibuja si no se estudia, si no se lee, si no se reflexiona y asume críticamente, la “Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano”, las novelas de Homero, el realismo mágico de nuestro Nobel Gabriel García Márquez, e incluso los nuevos autores que interpretan la realidad, solo cuando se leen y estudian cobran vida en nuestras mentes, y gracias a eso dialogan con nuestros pensamientos, creencias y proyectos. Las lecturas se convierten en vivencias para cada lector, en sueños y realidades que se pueden apropiar.

Según la encuesta nacional de lectura 2018 del DANE en Colombia leemos apenas 2.7 libros por persona cada año. La Universidad, como universidad del Estado, también tiene la responsabilidad de ayudar para que se incrementen estas cifras, especialmente llegando a nuevos públicos, como las zonas rurales dispersas y, principalmente, enamorando de los libros, de la ciencia y el arte, a nuestros niños y jóvenes.

Sé que la lectura es más que mera instrucción, pues sobre todo es una construcción permanente de diálogos entre nuestras formas de ver el mundo con maneras diversas y, en ocasiones, hasta opuestas de describirlo que nos presentan los miles de autores. La lectura es en esencia un diálogo entre mentes abiertas y dispuestas a cambiar y aprender. Es por eso que leer es posiblemente la mejor herramienta para abrir nuestra mente al mundo. Gracias a la lectura y al diálogo que ella fomenta nos comprenderemos mejor unos a otros, superando toda polarización y cualificando nuestra ciudadanía. Entonces, leer más y mejor es condición necesaria para nuestro bienestar individual y colectivo.

Los años previos a la Batalla de Boyacá, estuvieron marcados por pugnas internas en nuestra naciente república, donde centralistas y federalistas se consumían en el conflicto, mientras avanzaba Pablo Morillo y el ejército realista intentando la reconquista. Ese periodo de división social y desorden institucional de nuestra historia se conoce como Patria Boba, concepto acuñado por el mismo Antonio Nariño.

Hoy, a diferencia de aquella época, tenemos en espacios como la FILBo 2019, las universidades, la academia y el estudio de la historia la posibilidad de proyectar nuestro futuro. A partir del encuentro con los libros, como el que tendremos durante dos semanas en la FILBo, la lectura se convierte en el diálogo que nos cura el alma, que nos permite crecer y soñar sin restricción. En los escaparates de la FILBo 2019 se encuentran todo tipo de ideas que conviven y construyen juntas una misma realidad, debemos ser capaces de llevar esta dinámica a nuestra cotidianidad. También en los stands vemos historias y experiencias que nos cuentan los errores que ya cometimos para que no nos vuelvan a pasar. Si enfocamos todos nuestros esfuerzos en hacer de los niños y jóvenes buenos lectores, crecerá en ellos la cultura del diálogo y al fin habremos dejado de atacarnos, para construir en comunidad y armonía.

* Rectora, Universidad Nacional de Colombia.

@DollyMontoyaUN

 

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