La masacre de Atlanta: racismo y misoginia

Catalina Ruiz-Navarro
25 de marzo de 2021 - 03:00 a. m.

El 16 de marzo, ocho personas murieron en una masacre en Atlanta, Estados Unidos. Seis de las víctimas asesinadas eran mujeres asiático-estadounidenses que trabajaban en establecimientos de masajes. La policía arrestó a Robert Aaron Long, de 21 años, uno más en la larga lista de hombres blancos armados que han realizado masacres en ese país en los últimos años. Long le dijo a la policía que lo hizo porque estaba “enojado con la industria del porno” y que quería “eliminar” el negocio de masajes porque tiene una “adicción sexual”. El agresor insistió en que la masacre no estuvo motivada por el odio racial, pero es evidente que sí.

La discriminación contra los y las asiático-estadounidenses tiene raíces en el siglo XIX, cuando se sacó una ley de exclusión a personas chinas en 1882. Por ese entonces se publicaba propaganda en donde el “Tío Sam” las expulsaba a patadas. Tampoco es la primera vez que en Estados Unidos se asocia, equivocadamente, alguna enfermedad con los y las asiatico-estadounideses: cuando hubo brotes de viruela en 1875 en San Francisco, se dijo que era debido a la “insalubridad” de Chinatown. Luego, cuando llegaron casos de la peste bubónica en 1900, la ciudad trató de poner en cuarentena a 14.000 estadounidenses de ascendencia china, enviándolos a un campo de detención. Una sentencia judicial lo previno.

Hoy, a pesar de que también se cree que la comunidad asiático-estadounidense es una especie de “minoría modelo”, un estereotipo no menos deshumanizante que habla de personas muy disciplinadas y estudiosas, la discriminación racial se ha recrudecido. Con la llegada del coronavirus y las insistentes declaraciones de Trump donde lo llamaba “el virus chino” o “el virus asiático”, la violencia racista contra esta comunidad se ha hecho más frecuente: según la BBC, “entre marzo y diciembre de 2020 se reportaron 2.808 denuncias en el país, de las cuales el 8,7 % involucraron agresiones físicas y el 71 % incluyeron acoso verbal”.

De otro lado, el ataque estuvo motivado, una vez más, por la misoginia de un hombre blanco. Las mujeres asiático-estadounidenses son constantemente fetichizadas y sigue siendo predominante el estereotipo que las pinta como hipersexuales, serviciales y sumisas. Esta última es una construcción que tiene todo que ver con las guerras de EE. UU. con Vietnam y Japón, en donde el ejército estadounidense usó la violencia sexual como arma de guerra para colonizar territorios. La académica Celine Parreñas Shimizu señaló en Vox que la exotización de las mujeres de origen asiático se reafirma en la cultura, con obras como La buena mujer de Szechwan (1943), Madame Butterfly (1904) o Miss Saigón (1989): todas muestran mujeres que se enamoran perdidamente de un hombre blanco y ponen su bienestar primero que el propio. Es muy llamativo, además, que el agresor no tenga empacho en decir que su ataque era “contra el porno”, pues también estuvo motivado por el estigma contra el trabajo sexual, que marginaliza a las mujeres que trabajan en la industria. Y no es casualidad que estos estereotipos no han escatimado en pintar a las mujeres asiático-estadounidenses como trabajadores sexuales versadas en exóticos trucos para dar placer.

En la masacre de Atlanta confluyen prejuicios racistas y machistas, y es un testimonio de la crisis de xenofobia y derechos de las mujeres que se vive a nivel global. Porque estas intersecciones de racismo y xenofobia no se limitan a Estados Unidos, también se han dado en todo el mundo y en Latinoamérica. En Baja California, la historiadora Yuriko Valdez cuenta que a los habituales comentarios de tipo “los chinos comen ratas y perros”, se unieron los de “chinos cochinos” o “nos van a contagiar”. Los efectos de la herencia colonial van más allá de una subordinación con respecto a Europa, porque implican la subyugación de las mujeres y de las personas racializadas. ¿Cómo se ha relacionado América Latina con los países asiáticos? Con una combinación de reverencia, miedo, admiración y asco, y es urgente que hablemos de estas formas de discriminación en nuestras conversaciones sobre raza, para no reproducir los violentos modelos coloniales.

@Catalinapordios

 

Mar(60274)26 de marzo de 2021 - 11:23 a. m.
Catalina, sería muy interesante que escribieras una columna sobre la escritora y médica feminista egipcia, muy importante que murió el domingo a la edad de 89 años y luchó hasta lo último por los derechos de las mujeres, se llamaba Nawal el-Saadawi.
Lorenzo(2045)25 de marzo de 2021 - 07:36 p. m.
El síndrome de la galleta óreo ("negro por fuera, blanco por dentro") contagia no solo al afrodescendiente sino primero al "judío asimilado" (quienes vendieron su espiritualidad por el plato de lentejas que sirven en Wall Street) y también a nipones intelectuales como Francis Fukuyama. Ni qué decir del sudaca agringado que dice "America" en vez de'Estados Unidos'. Allá es como el Infierno de Dante
Sevelinda Parada(86608)25 de marzo de 2021 - 03:26 p. m.
Catalino por Dios, ni siquiera has leído bien la noticia y ya saliste con la peregrina idea que es un ataque racista y misógino. No Catalino, es un muchacho de origen sirio con una grave enfermedad mental, paranoia. Sufre la misma paranoia tuya y preocupa mucho que EE te permita seguir disparando aquí contra todo lo que se mueva y no sea de tu agrado.
  • Mar(60274)25 de marzo de 2021 - 11:29 p. m.
    usucapion y por qué "Catalino"? si hay alguien más femenino que Catalina es ella, entonces no entiendo por qué la llamas así.
  • Mar(60274)25 de marzo de 2021 - 10:43 p. m.
    usucapion1000 el de la masacre de Atlanta sufría era de adicción sexual, además de pertenecer a una secta religiosa que predica la pureza sin sexo, imagínese, entonces el tipo buscaba acabar sus tentaciones, ya había estado en rehabilitación por su adicción sexual, pero recaía y en su delirio pensó que acabando con los lugares donde asistía, podría acabar con su adicción al sexo.
Eduardo(26198)25 de marzo de 2021 - 02:29 p. m.
Buena columna pero qué fastidio su " los y las " tan repetido.
Mar(60274)25 de marzo de 2021 - 04:59 a. m.
No sé si me equivoque, pero creo que esa masacre fue más con problemas psicológicos del tipo con relación al sexo y a la religión, que tiene una visión de este, totalmente loca, no ve como los curas tratan a las mujeres como putas, y luego se van a violar niños, saque conclusiones, y no exagero, ayer escuché a un cura en televida criticando a las mujeres por los accesorios, aretas , collares, un
  • Jorge(30668)26 de marzo de 2021 - 12:48 a. m.
    Si muy cierto, desde los orígenes del judeo-cristianismo con su mito de Adán y Eva, se pone en condiciones de inferioridad a la mujer y se le acusa de traer todas las desgracias a la humanidad por la pérdida del paraíso. Algo parecido ocurre con Pandora en la mitología griega. Son maneras de perpetuar simbólicamente el patriarcado, machista y misógino que perdura hasta nuestros días.
  • Mar(60274)25 de marzo de 2021 - 05:10 a. m.
    discurso, que justifica el desprecio de los hombres respecto a las mujeres, en donde una persona que no sea crítica y no utilice su cerebro sino que sea de las que comen cuento, afianza su actitud machista y de superioridad con respecto a ellas. No es gratuito que hombres muy creyentes sean impotentes, sin ningún problema físico y todo gracias a la religión que mira a la mujer como despreciable
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