La Masacre de Bogotá: venganza en Verbenal

La reconstrucción y organización hecha por La Silla Vacía de los videos tomados por periodistas ciudadanos del barrio Verbenal durante la protesta del 9 de septiembre confirma lo que dije en mi columna pasada: la policía no abrió fuego contra los civiles en el marco de defenderse de agresiones inmediatas, que ocurrían en el momento mismo de los disparos, sino que ejecutó una maniobra ofensiva o, si se quiere, contraofensiva.

¿Se estaban vengando porque horas antes los manifestantes habían golpeado a un policía en el suelo, o porque habían quemado el CAI? Quizás, aunque tiendo a pensar que fue una respuesta coordinada, no contingente.

Los crímenes de lesa humanidad quedaron en evidencia. Durante la Masacre de Bogotá, ejecutada por la policía el 9 de septiembre de 2020, murieron 13 civiles, y en Verbenal asesinaron a 3.

En Boston, en 1770, el ejército británico fue golpeado con piedras y palos por una turba de manifestantes. El ejército abrió fuego contra los civiles y mató a 5. Ese evento se conoce en la historia de los Estados Unidos como la Masacre de Boston, y John Adams, uno de los padres fundadores de la patria (que representó judicialmente a los soldados luego condenados por homicidio), dijo que había sido el evento sobre el que se fundamentó la lucha de independencia.

Más del doble de ciudadanos fueron asesinados en la Masacre de Bogotá que en la Masacre de Boston. Espero que la Masacre de Bogotá pase a la historia, pero más que eso, que de ella se conozca la verdad, porque apenas estamos raspando la superficie.

¿Por qué la Masacre de Bogotá está encaminada hacia la impunidad?

Primero, porque el partido de gobierno y el Ministerio de Defensa respaldan el accionar de los responsables y minimizan su importancia. Parte de su capital político descansa sobre una sostenida connivencia con los sectores más violentos de las fuerzas armadas, y los menos respetuosos de los derechos humanos.

Segundo, el clasismo. Todos eran jóvenes de barrios populares.

Tercero, por prejuicios políticos. El partido de gobierno y sus seguidores defienden de forma explícita o implícita que cualquier manifestación donde haya vandalismo o incluso violencia merece la represión a sangre y fuego y la violación de los derechos humanos. El escalamiento de las protestas el 9 de septiembre no justificaba cometer una masacre en varios puntos de la ciudad.

A este último punto añado, como dije en mi columna pasada, que a menudo los mismos policías se hacen pasar por vándalos para manipular el ambiente de la protesta y escalarla, para justificar la represión violenta. Eso seguramente ocurre por órdenes de superiores. Estos antecedentes también dificultan que se sepa con claridad qué sucedió durante la Masacre de Bogotá y por qué se configuró el episodio de violencia estatal más grave en la ciudad desde la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla.

Repito: el episodio de violencia de Bogotá es propio de una dictadura.

¿Quién dio la orden de disparar contra los civiles? A diferencia de la Masacre de Boston de 1770, que fue una respuesta espontánea a una situación tensa en un solo lugar, la Masacre de Bogotá sucedió, casi al tiempo, en distintos puntos de la ciudad. Esa coordinación hace pensar en que hubo órdenes de usar armas de fuego.

¿Acaso están tratando de tapar el episodio porque estos no eran casos aislados, sino coordinados? Esta hipótesis debe explorarse muy seriamente. Explicaría por qué tanta resistencia de los comandantes de la Policía, del ministro de Defensa y del presidente a colaborar para que se esclarezca esta situación.

¿Qué se oculta?

Twitter: @santiagovillach