Contra lo que se cree, esta no es la primera vez que hayamos tenido que quedar encerrados en cárcel domiciliaria. Quienes tenemos edad para haber pasado por el 9 de abril de 1948, cuando turbas codiciosas quemaron medio Bogotá y asaltaron los comercios de la ciudad, recordamos otra encerrona que bien se puede traer a cuento.
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