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La paz sí está en peligro

Cristo García Tapia
10 de diciembre de 2020 - 03:00 a. m.

Una cosa, por demás poco cierta, es la que dice Santos, y otra cosa es que la paz sí está en peligro. Si es que, desde el primer día en que entraron en vigor los acuerdos que la materializaban, no sucumbió en los sumideros de las traiciones y los entrampamientos que ahora vienen a saberse, además de los incumplimientos que preludiaron el peligro que hoy se lamenta.

Desde los básicos de la logística, equipamientos, dotación e insumos que demandaban los contingentes de desmovilizados, hombres y mujeres, que con fervor patriótica asumieron el Acuerdo de Paz suscrito entre las Farc–Ep y el Estado, como el principio de una nueva y solidaria forma de construcción de paz y convivencia política, y el fin de una violencia que en cincuenta años no alcanzó a reivindicar ninguno de los principios fundacionales que le dieron origen.

Para empezar, nunca se terminaron las obras civiles de los asentamientos rurales en los que convivirían aquellos, ni se adquirieron las tierras, pocas por demás, en las que desarrollarían sus proyectos productivos de subsistencia, menos aún se construyeron las escuelas y dispensarios de salud y sanidad en general, básicas para este tipo de concentraciones.

En algunos de estos asentamientos que tuve la oportunidad de visitar, recién inaugurados, pude constatar que los excombatientes no los usaban, seguían viviendo en cambuches porque las casas, en pleno gobierno de Santos, nunca las terminaron o no satisfacían las mínimas condiciones para habitarlas.

De lo grueso y con fuerza de ley del Acuerdo sí que todo quedó en el papel porque las realizaciones, ni entonces ni ahora, han vuelto a ser objeto de atención. Nos referimos al Acceso y uso de la tierra, a los Programas de desarrollo con enfoque territorial, a la Infraestructura y adecuación de tierras, al Desarrollo social: salud, educación, vivienda, a la Erradicación de la pobreza, al Estimulo a la producción agropecuaria y a la economía solidaria, al Sistema de seguridad alimentaria y a los Derechos y garantías para el ejercicio de la oposición y participación política, entre otros compromisos que darían en la construcción de una paz sólida y a prueba de los embates y amenazas de “hacerla trizas” que proclamaron como objetivo no negociable el CD, Gobierno y sectores políticos enemigos de la misma.

Así las cosas, desde el principio el Acuerdo de Paz celebrado entre el Estado y las Farc, incorporado al bloque de constitucionalidad, refrendado y garantizado por países amigos y la ONU, estaba condenado al fracaso, como en efecto hoy puede constatarse y ratifican “los asesinatos de los lideres sociales y desmovilizados de las Farc”, los retrasos y el abultado incumplimiento por parte del actual Gobierno de cuanto compromiso diere en conducir a su sobrevivencia y fortalecimiento.

De un Estado, instituciones y sucesivos gobiernos, que no ha parado mientes en fortalecer el modelo de los “falsos positivos”, era dable esperar que no iba a resultarles incómodo producir otro, el “falso positivo de la paz”, como en efecto está ocurriendo con el descuartizamiento de ésta por sus enemigos naturales y por los agazapados en el gobierno de Santos oficiando como ministros y consejeros en el gabinete, o como sus delegados y plenipotenciarios en las conversaciones de La Habana.

En tanto los entrampamientos van dejando al descubierto que más allá de “Jesús Santrich e “Iván Márquez”, otros son los verdaderos traidores a la paz de Colombia y otros los que, investidos de altas funciones y poderes, pisotean nuestra soberanía y ultrajan la dignidad de Colombia como nación.

Al expresidente Santos hay que prevenirlo de que no se necesita derogar el acuerdo para acabarlo, pues cuanto el mismo dice que está haciendo o dejado de hacer su sucesor por la paz de Colombia basta para tal.

@CristoGarciaTap

* Poeta.

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Atenas(06773)10 de diciembre de 2020 - 02:44 p. m.
¡Eso te parece mi iluminado poeta, q' por cuyo oficio te das licencia pa todo?, Tan egregia erudición en todos los ámbitos, sólo me permite agregar, con humildad plena, q' gozas el privilegio de los dioses, en exclusividad.
shirley(13697)10 de diciembre de 2020 - 01:26 p. m.
Esta es una Nación de héroes:el de Invercolsa,el de Odebrecht,el de los Falsos Positivos,el de las Masacres,etc.Ustedes saben sus nombres y apellidos.País de infamias,crímenes y trampas.Somos el No 1 en el escalafón de la CORRUPCIÓN."La Paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento".¿Se cumple ese precepto o se burla?.Los hechos dicen que aquí LA GUERRA ES UN DERECHO y la paz una farsa
  • shirley(13697)10 de diciembre de 2020 - 01:32 p. m.
    Tenemos que luchar para que se cumpla la Constitución Nacional vigente.Léase bien:La Constitución no el Manifiesto Comunista.Pues bien,esa Norma de Normas dice que la SOBERANÍA de Colombia reside exclusivamente en EL PUEBLO y se puede ejercer directamente,sin intermediarios.Manos a la obra.Estamos inmersos en un lodazal de corrupción,crímenes y masacres,además de inequidad y terror.Es nuestra hora
Javier Dairo(17568)10 de diciembre de 2020 - 12:48 p. m.
Como el hoy Mero ExsenadorAUV y, Expresidario1087985, bien sabe que está Incurso en Delitos De Guerra y Crímenes De Lesa Humanidad NO PUDO hacer TRIZAS, EL ACUERDO DE PAZ Tratando de Deslegitimar Infructuosamente LA JEP con LA esperanza de escapar a Ser Juzgado Por Todos SUS CRÍMENES, como Titiritero del Mediocre Títere DuqueOdebreth, DA Ordenes Desesperadamente, PERO YA NO PUERDEN, Cierto?.-
  • Javier Dairo(17568)10 de diciembre de 2020 - 12:49 p. m.
    PERO ES,Muy satisfactorio ver como LasUltraderrechas, van cayendo estruendosamente ante EL INATAJABLE,AVANCE de LAS IZQUIERDAS MODERADAS, No. mas miremos como en los EE.UU, también cayeron y, lo mejor es que Gano, EL PETRISMO y, EL CASTROCHAVISMO!!!, soplan vientos de PROGRESO Y DESARROLLO, cierto amigos de este tan DEMOCRÀTICO FORO ?.-
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