La pelea del balde

Enrique Aparicio
22 de julio de 2018 - 02:00 a. m.

La humanidad no cambiará nunca. Eso pensaba mientras caminaba por Módena. Una ciudad chiquita, bonita y sabrosa en el norte de Italia, donde los días de verano invitan a reflexionar en diversas ideas, a navegar por el universo de lo sensual, pero también a tratar de entender esa enfermiza situación emocional donde a todo le tenemos que buscar bronca.

En particular me refiero a dos ciudades vecinas, Bolonia y Módena, que llevaban siglos enemistadas, viviendo tensiones que finalmente las llevarían a la guerra. Estamos hablando de 1325, lo que quiere decir hace unos 700 años. Cada una pertenecía a un bando político diferente: Bolonia estaba con el papa (los güelfos) y Módena con el emperador (los gibelinos).

El honor y el ego se juntaron para que tuviera lugar una batalla. Todo comenzó con un balde que Bolonia tenía en un aljibe en el centro de la ciudad. Soldados de Módena entraron en secreto y se llevaron el famoso balde como muestra de que habían logrado llegar hasta allá sin que los detectaran.

Bolonia, insultada, fue a pedir que le devolvieran el balde, sin mayor éxito. Lacerado el honor por tan horrendo atrevimiento, preparó a su ejército para ir a arrebatarles a los de Módena el objeto que habían sacado frente a las narices de sus soldados. Bolonia, la más poderosa, reunió 30.000 soldados de infantería y 2.000 de caballería. La derrota era obvia y eminente, pero las cosas no resultaron como parecían. Fue la pequeña Módena, con un ejército muy reducido de 5.000 hombres de a pie y 2.000 a caballo, la que ganó lo que se conoce como la batalla de Zappolino, en la que murieron 2.000 personas. Aunque parezca ridículo, el famoso balde sigue en Módena. Lo vi en uno de los salones del Ayuntamiento.

Cambiando de tema, seguro que usted conoce algunos de los productos de origen agrícola que enorgullecen a Módena, o incluso los ha saboreado. El más famoso es el vinagre balsámico, un producto que, entre otras de sus cualidades, se puede guardar en toneles de madera y que entre más añejado, más costoso. También producen el vino lambrusco y el jamón (prosciutto) de Módena. Al estar dentro de la región del queso Parmigiano-Reggiano, éste forma parte importante del abanico de sabores locales. 

Módena presume de una notable tradición universitaria ya que la Universitá degli studi di Modena e Reggio Emilia se remonta al 1175.

La tarde terminó después de la clase de historia que les compartí y la degustación de productos locales. El tiempo pasó sin sentirlo. Aprendí algo nuevo y, sobre todo, a entender que mi curiosidad seguía viva.

El YouTube contiene algunas fotografías nuestras de esta pequeña y bella ciudad.

https://youtu.be/aFL283OLbVk

Que tenga un domingo amable.

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