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La tributaria del 2021

Indalecio Dangond B.
19 de octubre de 2020 - 03:00 a. m.

El pasado lunes festivo el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, anunció a los colombianos una nueva reforma tributaria para el año 2021, ya que se necesitan unos $20 billones adicionales para pagar la deuda y reactivar la economía del país.

Esta noticia, que ha caído como un baldado de agua fría, significa que los colombianos tendremos que pagar más impuestos el año entrante en medio del descenso de ingresos, el aumento de servicios públicos y los pagos de intereses congelados de créditos bancarios. Claramente, esto va a traer como consecuencia una tremenda reducción del consumo y del gasto en los hogares y empresas de los sectores productivos del país. En lenguaje parroquiano, nos toca apretarnos el cinturón.

La otra alternativa que está explorando el Gobierno es recortar las exenciones del sistema tributario, que hoy suman $92,4 billones. Para ello, ha designado un grupo de economistas expertos internacionales y nacionales, quienes buscarán los mejores mecanismos para reducir el impacto fiscal de los tratamientos preferenciales a los contribuyentes en rentas exentas, descuentos tributarios, deducciones de activos fijos y productos y servicios excluidos del IVA en los sectores inmobiliario, financiero, salud, educación y agricultura, entre otros.

El tema de análisis que no veo dentro de la agenda de este grupo de sabios es la reducción del gasto en funcionamiento y en muchísimos programas de inversión pública que no están teniendo un impacto importante en la disminución del costo país, el aumento de la productividad y la generación de empleos productivos. Llegó la hora de adelgazar o eliminar las costosas nóminas y los gastos de mantenimiento de bienes ostentosos (vehículos blindados, oficinas, viajes en primera clase) de muchísimas entidades públicas, entre ellas el Congreso de la República, la Unidad Nacional de Protección, la JEP y el Consejo Superior de la Judicatura.

Nadie quisiera estar en estos momentos en los zapatos del juicioso ministro Carrasquilla, pues son decisiones impopulares y dolorosas, pero necesarias para poder atender la emergencia sanitaria, económica y empresarial y el ingreso solidario. El Gobierno piensa que con un déficit fiscal del 8% no hay otra alternativa que subir impuestos. Que yo sepa, ningún país ha sido próspero con subidas fiscales.

Con todo el respeto que se merecen los expertos en esta materia, creo que en Colombia el problema no es tanto la baja imposición, sino el desempleo de 4,5 millones de ciudadanos. El presupuesto no puede equilibrarse sin tener en cuenta este tremendo problema. Está demostrado que aumentar los impuestos no mejora el déficit.

Una manera de lograr más recaudo con la tributación es teniendo una economía progresiva. Necesitamos más gente trabajando en empresas que tengan beneficios para crecer el recaudo. Lo que Colombia ha estado haciendo, y lo digo con mucho respeto, es gravar a la gente que trabaja para mantener a la gente que no trabaja. Por eso cada día hay más personas en nuestro país que no trabajan, esperando la mesada de papá Gobierno.

Es preferible aplicar la teoría de Abraham Lincoln, quien decía: “No puedes otorgar la fuerza al débil debilitando al fuerte; no puedes ayudar al pobre arruinando al rico”.

* Consultor en acceso a crédito de fomento agropecuario.

 

César(35015)19 de octubre de 2020 - 01:09 p. m.
Cual es la gente que no trabaja y que es mantenida por la otra gente? Los informales, los desempleados? En serio se hace esta afirmación. Muy prejuicios esta opinión.
César(35015)19 de octubre de 2020 - 01:07 p. m.
En epoca de crisis lo peor es recurrir a políticas ortodoxas y ya desacreditadas de contracción del gasto que se proponen en este articulo. El dice que no sabe pero las grandes crisis demostraron que se superaron con subida de impuestos a los altos capitales, a las altas rentas y a las herencias algo que no le pasa por la cabeza a este gobierno.
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