Publicidad

La verdad

Alberto López de Mesa
25 de septiembre de 2020 - 02:08 a. m.

En la historia de la filosofía la Verdad es , quizás, el concepto más voluble. Desde Platón y Aristóteles ya se discutía si era relativa o absoluta y los pensadores de hoy todavía polemizan si en la práctica social es objetiva o subjetiva. Spinoza definió La Verdad como " La coincidencia entre el pensamiento y el objeto o los hechos a que se refiere…". Desde cualquier definición toda verdad requiere corroboración, bien sea con la comprobación filosófica, con la demostración científica, con las pruebas de la justicia, con la afirmación de la fe, con la aceptación de la sociedad. O sea que su aceptación depende más de la ética de quien la divulgue que de su virtud real.

En Colombia, a partir de los acuerdos de paz pactados y firmados entre el gobierno y la guerrilleros de las FARC, La Verdad se ha constituido en el insumo de justicia que si se hace efectiva y presente en las confesiones de los victimarios de todos los bandos del conflicto, restituiría derechos de las victimas, así mismo para la sociedad colombiana el conocer toda la verdad de medio siglo en guerra ominosa, sería como una luz de esperanza hacia la reconciliación nacional, hacía la paz integra y perdurable.

Pero La Verdad nunca ha sido la virtud bandera para el Estado Colombia. La historia oficial miente por omisión o tergiversación sobre los despojos de tierras y las masacres de nativos que han perpetrado las clases dominantes desde la independencia que lograron los criollos patriotas. Dos siglos negándonos la verdad sobre la barbarie hija de la codicia indolente y la ambición de poder de un manojo de familias egoístas. No se usa la verdad franca a la hora de señalar las causas y los culpables de las guerras, se disfraza para encubrir a los malignos que en silencio reconocen las víctimas sobrevivientes.

Hoy en día, los abogados de un expresidente acusado de manipulación de testigos, ante la Corte Suprema de Justicia, cínicamente, le llaman “viáticos de apoyo” al dinero con que sobornó testigos. Por cierto, el expresidente en cuestión es la encarnación de una mentira idolatrada; con el tremendo poder que con mañas, plata, sangre y fuego a acumulado, persisten en la impunidad los crímenes de que lo inculpan las víctimas de su despotismo.

Ante la JEP, el senador Rodrigo Londoño (Timochenko cuando lideró la guerrilla FARC) le llama “retenciones estratégicas” a los secuestros, y, “medidas preventivas” al encadenamiento y a las condiciones ignominiosa a las que sometían a los plagiados; además de los eufemismos, no admite la verdad del reclutamiento forzado y los abusos a menores. Obviando lo que significa el aportar verdades a la JEP que el mismo aprobó.

Delante de muchísimas miradas, testigos que con la tecnología actual pudieron grabar el asesinato de un ciudadano a corrientazos y bolillazos por parte de dos policías. La verdad evidente y sin embargo el delito subestimado por la institución, por el ministro de defensa responsable de la seguridad ciudadana, criminaliza la protesta social.

La ciudadanía dolida, escandalizada se expresa con justa irá y la policía, usa el balazo sucio para responder por su culpa, así aumentan a 14 los muertos en una sola noche aciaga. Y la verdad de tal abuso de la fuerza, como una afrenta oficial contra la sociedad civil, es ocultada, maquillada, o desmentida por los medios de comunicación, servilmente oficialista, para tan vil propósito presentan al tiempo los disparos de los policías con los disturbio causados por los beligerantes, resaltan, incluso, las acciones de vándalos infiltrados en las protestas. Ahí La Verdad es otra vez mancillada, pervertida por toda suerte de manipulaciones, para posicionar la falsa moral del Estatus Quo.

La tecnología virtual, las redes sociales, en este nuevo mundo que nos impuso el mercado de las comunicaciones, ya tiene el poder para tergiversar o inventar la verdad al antojo de los poderosos: ejércitos de la posverdad, expertos en difamar, en alienar masas con infundios mete miedos, difamadores virtuales capaces de anular las protestas más legítimas.

Recibimos pues verdades construidas en los laboratorios de las tiranías. Convivimos desde niño entre verdades ocultas, verdades a medias, verdades inventadas. Las nuevas generaciones son el objetivo especial para que asimilen las verdades infectadas.

Temas recomendados:

 

Juan(67605)25 de septiembre de 2020 - 12:02 p. m.
Una verdad incontrovertible es que quien comenta con el código 76218 ("Yusunguaria") usa el espacio para atacar a los columnistas de oposición, al EE, a la Corte, a todo aquel que disienta de la legión de extrema derecha. ¿Qué relación guardan las descalificaciones nepomucénicas lanzadas con el artículo?
Camilo(57229)25 de septiembre de 2020 - 12:00 p. m.
La verdad como abuso de una noche aciaga en Bogotá, el 9/9 del 2020, es una vergüenza y pasará a la memoria de la infamia. Sin pasiones partidistas o ideológicas lloro desde el exterior está verdad dolorosa dónde se ven policías disparando a la gente. Gracias columnista por su reflexión profunda acerca de la verdad perdida en nuestra Colombia.
Sevelinda Parada(86608)25 de septiembre de 2020 - 11:34 a. m.
La verdad: la verdad verdad no existe. Solo hay aproximaciones y prejuicios.
Che(76218)25 de septiembre de 2020 - 10:34 a. m.
En eso de mentir, Petro y sus conmilitones dan clase a cualquiera. Ellos están graduados con honores en Cuba en las escuelas de entrenamiento guerrillero y las clases en las academias del partido comunista cubano y de los organismos de inteligencia de esa dictadura sexagenaria.
  • HERNANDO(11264)25 de septiembre de 2020 - 03:44 p. m.
    Con el ejercito de medios de comuncación, organismos de control coptados, bodeguistas sin escrúpulos, nómina oficial no han demostrado delitos, solo posverdad y odio es lo que queda de la embestida uribestia.
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar