La vieja Europa digital

Juan Carlos Gómez
24 de febrero de 2020 - 02:00 a. m.

La vieja Europa ha logrado hacer temblar a los gigantes tecnológicos. Los jefes de los “cuatro grandes” son asiduos visitantes de Bruselas para persuadir a las autoridades europeas de que no vayan tan lejos en sus intenciones de regulación.

A diferencia de EE. UU., la Unión Europea (UE) está en la tarea de diseñar un esquema normativo para evitar que la inteligencia artificial —que será en pocos años la columna vertebral de la vida social— se convierta en una herramienta más para la violación de derechos.

La normatividad de la UE en temas como la protección de datos ha logrado tener un alcance más allá de su jurisdicción, como sucede en EE. UU. Los procesos por violación de la competencia adelantados por las autoridades europeas han terminado en multas y restricciones.

Sin embargo, en materia de economía digital, Europa no ha logrado superar su dependencia de empresas de tecnología como Amazon, Microsoft y Huawei. En aras de lograr la tan anhelada “soberanía digital” y nivelar las cargas, países como Francia han intentado gravámenes impositivos (“tasa Google”). Estas intenciones se han estrellado con la oposición del presidente Trump, quien en retaliación gravaría productos de consumo masivo que se importan desde Europa.

En el Reino Unido ya se tiene bastante adelantado un proyecto para crear una autoridad que regule los contenidos en internet, con amplios poderes coercitivos que permitirían bloquear páginas web (como en la China) y hacer responsables a los directivos de las empresas.

Mientras que en los países desarrollados la apropiación de la tecnología es un asunto de soberanía, aquí en Colombia temas como el futuro de la movilidad en nuestras ciudades está al vaivén de las amenazas de los empresarios de taxi, la abulia de la ministra de Transporte y la audacia de Uber. La creatividad jurídica con la que esta empresa volvió la semana pasada es apenas el comienzo de otra batalla. En todo caso, su regreso es una buena noticia para el empleo y el bienestar de los usuarios, algo en lo que debería estar pensando el Estado en lugar de dejarse arrinconar.

@jcgomez_j

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