Publicidad

La viga en el ojo

Columna del lector
30 de agosto de 2015 - 05:10 p. m.

Sobre el cierre de la frontera por parte del presidente Nicolás Maduro todo el mundo tiene una opinión: empresarios, periodistas, tuiteros, estudiantes, niños desplazados, niños a secas, raspachines, sacerdotes, en fin: todo el mundo.

Y eso está bien: hay que opinar. Los únicos que no opinan son los altos funcionarios que conversan a la colombiana: a madrazo limpio. Tanto Nicolás Maduro como Álvaro Uribe quieren camorra. Y lo que estamos viendo es una pelea entre gamines. Grita Uribe: ¡terrorista!; responde Maduro: “vente para acá, para darte lo tuyo”. Y así como van las cosas no vamos a llegar a ningún lado.

Se habla de desplazamientos masivos (más de 1.000 colombianos han salido a la fuerza de Venezuela hacia Cúcuta. 3.000 fueron los asesinatos cometidos en Colombia contra miembros de la Unión Patriótica durante el gobierno de Virgilio Barco); de exclusión (la misma exclusión que expele la uribista Paloma Valencia cuando propone dividir el Cauca en dos: una para los blancos y otra para los indígenas); de racismo (hace poco el diputado uribista Rodrigo Mesa dijo que darle plata al Chocó “es como perfumar un bollo”); de torturas, crímenes, etc. ¿Por qué es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga que llevamos dentro? ¿Por qué nos indignamos cuando un país extranjero vulnera nuestros derechos, pero callamos cuando el nuestro lleva haciéndolo toda la vida? Por supuesto que lo de Venezuela merece todo nuestro repudio, y las escenas que trasmite la televisión son dramáticas. ¿Pero acaso no se han dado cuenta que esto es una pelea entre políticos que están en campaña? No es una pelea entre Venezuela y Colombia, sino entre una izquierda descolorida que busca perpetuarse en el poder y una derecha guerrerista que quiere recuperarlo. Y en medio estamos nosotros. Quieren hacernos sentir odio hacia los venezolanos cuando históricamente hemos sido hermanos. Venezuela es un país admirable: su literatura, su gastronomía, sus mujeres lindísimas (antes de Amparo Grisales nosotros, los cucuteños, suspirábamos por María Conchita Alonso), su poesía: José Antonio Ramos Sucre, Eugenio Montejo, Aquiles Nazoa. Los programas culturales de Uslar Pietri. Su música (crecimos con La Billos Caracas Boys y los Melódicos, antes que con los Hispanos, de Medellín). Sus artes. Es más lo que nos une que lo que nos distancia.

El gobierno de Uribe desplazó 2,4 millones de personas. Muchas de ellas emigraron a Venezuela. El Gobierno permitió cerca de 3.000 ejecuciones extrajudiciales; corrompió la fuerza pública, hizo alianzas con grupos paramilitares, espió ilegalmente a la oposición, invadió espacio aéreo en un país vecino, acusó sin pruebas a críticos a sus críticos y tiene a su círculo más íntimo en la cárcel o prófugos de la justicia. Cuando le preguntaron por los falsos positivos (por esos muchachos secuestrados, asesinados y luego vestidos de militar para hacerlos pasar como guerrilleros caídos en combate), Uribe escupió su desprecio por los pobres: “no estarían cogiendo café”, dijo.

Álvaro Uribe y todos los funcionarios que llegaron a Cúcuta lo hicieron para salir en la foto. Todos se indignaron frente a la prensa internacional, pero ya retornaron a sus oficinas refrigeradas de Bogotá. El alcalde de Cúcuta está estresado porque por fin lo pusieron a trabajar y declaró que no tiene nada que ofrecerle a los deportados: ya pasó el entusiasmo. En Colombia la indignación dura tres días. Queda nuestra solidaridad, que es el único patrimonio real con que cuenta los desvalidos cuando los políticos se esconden. Y también, claro, la tarea de repensar la ciudad. Ya es hora de convocar un grupo interdisciplinario que piense y proponga soluciones para salir del atolladero; que ayude a quitarnos la viga del ojo que no nos deja ver.

Renson Said, un cucuteño. @rensonsaid

¿Es venezolano o vive en frontera? Queremos leer sus columnas de opinión. Oprima aquí para tener más información.

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar