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Las claves en la segunda etapa

Columnista invitado EE
05 de septiembre de 2012 - 11:10 p. m.

La declaración del presidente Santos sobre el contenido del acuerdo firmado con las Farc para sentarse a dialogar demuestra que las dos partes han tomado en serio la labor de construir una hoja de ruta clara y factible.

No obstante, el contenido de la próxima etapa es todavía muy abstracto y poco elaborado. Esta próxima etapa es clave y requiere elaborarse de manera seria, rigurosa, factible e incluyente. La elaboración de esta etapa debe incluir otros actores de la sociedad, particularmente de las organizaciones de mujeres, pueblos indígenas, defensores de los derechos humanos, entre otros.

Pero hay preocupaciones que no se aclaran en las palabras del primer mandatario. En primer lugar, es preciso preguntar: ¿Cómo y en cuáles momentos va a participar la sociedad civil? ¿Habrá participación formal y directa de ella en el contenido de la agenda? Dadas otras experiencias regionales, como en Guatemala, se demuestra la importancia de la participación de la sociedad civil.

En segundo lugar, hay que preguntarse: ¿Qué pasará con los otros grupos armados ilegales? ¿Es posible poner fin al conflicto cuando no hay diálogo con todos los actores? ¿Cuáles medidas se han contemplado para tratar este problema? En tercer lugar, ¿cómo será la articulación con las regiones durante el diálogo? ¿Habrá representación de las regiones? Las regiones tienen experiencias y conocimiento que contribuirían a la elaboración de una agenda realista.

Y finalmente, ¿cómo tratarán las causas del conflicto? ¿Existe un consenso sobre estas causas? ¿Cómo se incorporará este tratamiento en el acuerdo final? Es de suma importancia incluir estos aspectos en un acuerdo para establecer condiciones contra la repetición del conflicto.

Por ahora, se ha demostrado una voluntad seria y una claridad sobre los pasos para no repetir los errores del pasado. Sin embargo, hay que tener claridad sobre por qué y para qué construir la paz. En este caso, la respuesta debe garantizar la construcción de una sociedad justa, incluyente y plural fundamentada en la tolerancia, el respeto, la dignidad y los derechos humanos y laborales y el desarrollo humano. No hay que equivocarse: la paz no se busca para garantizar la inversión extranjera y la riqueza de unos pocos. Si ese es el fin del diálogo, no lograremos ninguna paz duradera y justa. Estos aspectos deben aclararse y evidenciarse en la próxima etapa del diálogo.

*Profesor, Centro de Estudios de Paz y Conflicto Departamento de Relaciones Internacionales Universidad de St.Andrews, Reino Unido.

 

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