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“Las cosas por su nombre”

Nicolás Rodríguez
28 de noviembre de 2020 - 03:00 a. m.

En un evento reciente, ante un auditorio de militares e interesados en temas de seguridad, al presidente Duque se lo oyó tajante y confuso. Como siempre.

De entrada: “El gran enemigo de la seguridad que tiene nuestro país es el narcotráfico”. El comodín del narcotráfico como origen y explicación. Causa y efecto.

El coco del narcotráfico y sus buenos compañeros los “narcoterroristas”. Esos serían los principales culpables de los “homicidios colectivos”. Ya había afirmado el presidente Duque que no son masacres, son homicidios colectivos. “Las cosas por su nombre”, indicó con firmeza.

Tienen razón algunos de sus funcionarios en que el concepto de “homicidios colectivos” no se lo inventó el presidente y es de uso común en las Fuerzas Militares desde la administración de Andrés Pastrana. Un “tema técnico”, según el director del Departamento Administrativo de la Presidencia, Diego Molano.

Lo que olvidan mencionar es el tras bambalinas de la confección de las categorías que se deben o no usar para hacer legible la violencia, como lo explica Winifred Tate para el caso de los derechos humanos. En el fondo, de lo que se trata es de darle un sentido al acto violento a través de una palabra, que de cualquier forma siempre será frustrante. O reductora. Pero nunca inocente.

En los inicios del Plan Colombia, cuando el paramilitarismo iba en alza y el Ejército era obligado a conjugar el lenguaje de los derechos humanos, se sabe que los paramilitares aprendieron de categorías y derecho internacional. Se pusieron técnicos.

Si van a masacrar escondan los cadáveres, esa era una de las novedades. Ojo al conteo de muertos. Los resultados fueron más desaparecidos y cuerpos por encontrar, para hacerle el quite a la presión que ponían las masacres iniciales, cometidas a la vista de todos los medios de comunicación.

La insistencia en el uso de la categoría de “homicidios colectivos” puede ser leída como un legado de esos aprendizajes técnicos.

 

Adrianus(87145)28 de noviembre de 2020 - 10:51 p. m.
Que miserable ese muchachito duque que quiere edulcorar la realidad con un lenguaje rebuscado. Eso pasa con todos los ineptos.
Fernando(70558)28 de noviembre de 2020 - 06:06 p. m.
El lenguaje se presta para ocultar el verdadero contenido de los actos antidemocráticos, violentos, criminales, etc; es lo que Juan Carlos Monedero expresa en su libro: "el Gobierno de las Palabras". Excelente labor la de los intelectuales, escritores y columnistas que se esfuerzan por explicar estas tergiversaciones y eufemismos.
UJUD(9371)28 de noviembre de 2020 - 04:33 p. m.
Qué P. Q. E. K. de gobierno, ilegítimo y añorando al Ñeñe...
humberto jaramillo(12832)28 de noviembre de 2020 - 04:17 p. m.
Y no me permitieron hacer el comentario siguiente en la columna de García Villegas. Cudra un poco con esta.: No son solo las redes sociales, son también las que se pronuncian desde un atril frente a un micrófono. Que opina de "contundente", "en la legalidad", "hablemos claro", "resiliencia", "héroes de la patria", "billones", "comunidad vulnerable"...
Periscopio(2346)28 de noviembre de 2020 - 03:13 p. m.
Tiene razón Duque al afirmar que “El gran enemigo de la seguridad que tiene nuestro país es el narcotráfico”, pues no hay que olvidar que es a causa de los narcodólares con que el Ñeñe financió su campaña que hoy padecemos su desastroso desgobierno. !Qué ingrato, o qué desmemoriado!
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